posted by Julio

Llegamos a Veliko-Tarnovo sin problemas. Después de lo que habíamos leído de las carreteras Búlgaras, las que nosotros nos estamos encontrando son bastante buenas y para la velocidad a la que podemos ir son más que suficiente.

Vista del edificio del museo de arte moderno y del monumento asenid

Nos liamos con la entrada del parking y me toca dar la vuelta en una calle bastante estrecha y complicada pero lo resolvemos bien. Encontramos la entrada buena y nos aparcamos en el parking del hotel Veliko-Tarnovo por 20Levas/día (unos 10€). Es un par
king bastante céntrico pero a la vez muy tranquilo y vigilado.

Iglesia en el camino hacia la fortalezaComo de costumbre me doy una vueltita por los alrededores para hacerme una idea de las cosas que hay cerca mientras Elena se lía con la comida. Me acerco a la oficina de turismo y para conseguir un mapa de la ciudad y ya con el mapa en mi poder, me doy una vuelta por los alrededores para ir localizando los sitios interesantes. 

Callejuelas de la zona antiguaEncuentro un parque muy chulo que tiene un bar con un hinchable enorme. Si hace bueno a la tarde podemos venir. También encuentro el camino hacia la fortaleza, el monumento conmemorativo de la fundacion del reino búlgaro y el museo de arte que hoy tiene entrada gratuita. Bufff! No creo que nos dé tiempo a tanto.

De vuelta a la autoca me llevo a los pekes a un pequeño parque de columpios que está en el mismo recinto del hotel y pasamos allí un ratillo hasta que Elena nos avisa para comer.

Carro antiguo delante de una casa museoA la tarde salimos y lo primero que hacemos es ir hacia la fortaleza porque queda un poco lejos de donde estamos y así a la vuelta podemos visitar lo demás. El recorrido hacia allí atraviesa todo el barrio antiguo que bordea el rio con sus callejuelas estrechas y sus pequeñas casas museo. El paseo resulta muy entretenido y llegamos hasta la fortaleza casi sin enterarnos.

Camino de entrada de la fortalezaResulta que también en la fortaleza es día de acceso libre y nos libramos de pagar el ticket de entrada. Enseguida vemos que es enorme y renunciamos a recorrerla entera porque nos comeríamos toda la tarde y no nos daría tiempo a hacer nada más. Subimos hasta la iglesia que domina el resto del complejo y desde allí las vistas de la ciudad son magníficas.

Salseando con una ballesta gigante en las defensas de la fortalezaBajando de la iglesia, nos acercamos a otro edificio que está en restauración y, ya volviendo, seguimos la muralla hasta uno de los torreones que defendían la llegada por el rio. Nos sentamos a comer algo y a descansar en unos bancos en la misma fortaleza y ya nos ponemos en marcha de vuelta a la ciudad.

Pulseras de la suerte colgadas de los arbolesComo curiosidad, contaros que existe una costumbre en Bulgaria en la que días antes de la llegada de la primavera, se regalan unos a otros unas sencillas pulseritas blancas y rojas que cuando la primavera entra por fin, deben ser colgadas de alguna rama para asegurar un año de buena suerte a su propietario y desde que entramos en Bulgaria hemos visto un montón de estas pulseras colgadas por todos lados. Al principio no sabíamos de que iba la cosa pero en Lovech, Mireya nos explicó en qué consistía. Curioso.

Subiendo a uno de los torreonesLlegamos al parque donde he estado por la mañana aunque todavía no les hemos comentado nada a los pekes del hinchable para darles una sorpresa y después de la andada que se han metido entre pecho y espalda, se lo merecen. No se lo esperaban y cuando llegamos al bar del parque y lo ven, flipan y tardan 5 segundos en quitarse los zapatos y meterse dentro y ya no les vemos el pelo en los 45 minutos que dura el turno, jugando entre ellos y con un par de niños y niñas búlgaros que también están por allí. 

Parque para los pekes al lado del hotel donde estamos aparcadosAl día siguiente, me toca buscar lavandería. He localizado una en Internet y me acerco a comprobar que siga existiendo porque las bolsas de ropa que tengo que llevar son enormes y no es cuestión de llegar con ellas y traérmelas de vuelta. Al final encuentro un atajillo para llegar y está más cerca de lo que parecía en el mapa y además es bastante económica. ¡Perfecto! 

Bonito mural en el camino de vuelta a la autocaVuelvo con la ropa y me la tienen lista para las tres de la tarde. El resto de la mañana me la paso escribiendo tranquilamente en una cafetería mientras Elena hace clase con los pekes. ¡Diossss! No hay forma de llevar la Web al día y estas mañanas tranquilas me permiten darle un pequeño arreón.

Otra de las calles de la zona historica de Veliko TarnovoA la tarde me encargo yo de hacer algo más de clase dando mates y les hemos prometido a los pekes que cuando acabemos nos iremos a pasar otro rato en el hinchable pero justo cuando hemos terminado, se pone a llover y se nos chafa el plan así que cambiamos y nos quedamos en la autoca a hacer un "LEGO Day" o sea, unas cuantas horas de LEGO por delante. ¡Cómo nos lo pasamos! Con la sería duda de si disfruta más el padre o los hijos ,je,je.

Cargando depósitos en Trinidad Rocas Farm, cerca de VelikoLlevamos ya cuatro días aparcados fuera de camping y hoy impepinable necesitamos descargar y cargar depósitos así que nos dirigimos a un camping llamado Trinidad Rocas Farm a unos 8 kmts. de Veliko Tarnovo. Es una especie de granja con terreno para acampar a la orilla del rio. Pedimos permiso al encargado y le digo que si es necesario pagamos por el servicio pero me hace un gesto como que no hace falta y me lleva directamente a donde está el pozo de vaciado y cargamos y descargamos sin problema.

Gente patinando en una plaza cerca de nuestro aparcamientoSalimos ya del Rocas Farm y nos ponemos en marcha hacia Ruse, en la misma frontera con Rumania. Después de parar en un centro comercial para hacer algunas compras y comer algo, llegamos a la ciudad pero en este caso los parkings que habíamos encontrado en el Google Maps no nos sirven porque solo son para coches y nosotros somos talla XXL. Al final nos fiamos de nuestra intuición y nos aparcamos en una de las calles cerca del centro que tiene pinta de tranquila.

Callejeando por RuseAunque no tenemos mucho tiempo para conocerla, nos damos un paseo y Ruse nos parece una ciudad muy bonita con una enorme plaza central que la gente aprovecha para patinar y andar en bici y una calle peatonal también enorme con un montón de gente paseando arriba y abajo.

Nosotros también nos recorremos una parte de esta calle peatonal pero la verdad es que sopla un viento frio bastante desagradable y nos damos la vuelta para meternos en una cafetería y tomar nuestro último café búlgaro antes de entrar ya mañana en Rumania y dirigirnos directamente a Bucarest.

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Llegamos hasta Rila a pesar del GPS que se empeña en llevarnos por el camino mas corto sin tener en cuenta si es un camino de cabras que atraviesa todas las aldeas del interior. Y eso que lo hemos configurado para que nos lleve por la ruta más fácil. En fin, todo no se puede...

Montañas nevadas llegando a RilaNos aparcamos en el parking de Rila con la idea de pasar la noche allí aunque por si acaso preguntamos al encargado del parking si hay algún problema. El chico nos confirma que es posible y allí nos quedamos por que el sitio es fantástico.

Portico de entrada al recinto del monasterioEl entorno es espectacular. Estamos a unos 1.000 metros de altura a media ladera en el valle formado por el rio Rilsky y rodeados de bosques y montañas de mas de 2.000 con nieve en las cimas. Precioso. Aunque probablemente, Rila sea uno de los lugares mas visitados de Bulgaria, es lunes y no es temporada alta así que no hay mucha gente y podemos visitar el monasterio tranquilamente.

Vista general del edificio central del monasterioNo exageran los que dicen que Rila es una maravilla y por algo ha sido declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco. Entramos en el complejo y vamos directos a la iglesia situada en el centro de la plaza interior.

Frescos en el techo del porche de la iglesiaEs una iglesia ortodoxa y nos recuerda muchisimo a los monasterios de meteora con un interior muy oscuro y recargado aunque realmente precioso. Todas las paredes y techos del porche exterior que rodea la iglesia están cubiertos de enormes murales con escenas bíblicas.

El resto del complejo lo componen los edificios que rodean la plaza y que son las habitaciones de los monjes y otras que se supone que se alquilan. Vista del edificio que rodea la plaza central del monasterioTambién hay una pequeña oficina de correos y unas tiendas de recuerdos. En una de las esquinas encontramos el museo del monasterio que alberga una impresionante colección de arte religioso. No somos muy entusiastas de este tipo de museos porque suelen ser bastante aburridos en general pero en este caso entramos por curiosidad y nos encanta.

Talla de madera en las escaleras del museoIncluso a los pekes les gustan algunas de las cosas que exhiben. Sobre todo nos deja flipados la cruz de Rafael, una cruz de madera con 36 escenas bíblicas y más de 600 figuras humanas talladas sobre ella con unos diseños en miniatura  que parecen imposibles de conseguir. El maestro Rafael estuvo trabajando en ella durante varios años hasta quedar ciego. Una verdadera obra maestra.

Salida posterior del recinto del monasterioAtravesamos toda la plaza interior y salimos por el extremo opuesto donde hay un algunos restaurantes y tiendas de souvenirs. Empieza a apretar en hambre y decidimos entrar a uno de los dos restaurantes que estan abiertos. Somos los primeros clientes y eso que en cuestiones de comer solemos ser de los tardios. Echamos un vistazo a los precios de la carta y no es Turquía pero es bastante asequible.

Comilona fenomenal en el restaurante de RilaEmpezamos a pedir y se nos va la mano. Desde que empezamos el viaje no recuerdo una comilona como esta y mi estomago pide auxilio. Aunque estoy lleno, reconozco que soy de los que no perdonan el postre, y se me ocurre pedir un yogourt con frutas del bosque pensando en algo ligerito y me traen una copa de yogourt bulgaro ultra-denso del tamaño de una copa de helado y a rebosar. ¡Bufff!  Al terminar estoy como una boa que se ha comido un ciervo y necesito echarme una siestita en la autoca para bajar todo esto mientras Elena y los pekes se dedican a sus cosas.

Solos en el patio interior del monasterio. Todo el mundo se ha ido ya.Cuando me despierto estamos casi solos en el parking y los pocos autobuses que estaban ya se han ido. Entro de nuevo al monasterio y disfruto un rato del silencio y la soledad del lugar. Realmente en estos sitios siempre se respira una energía especial independientemente del componente religioso que cada pueblo le quiera dar.

Esta noche ha caido bastante nieve en las cumbres cercanas
El cielo se está cubriendo y por la noche llueve bastante pero afortunadamente vuelve a amanecer despejado. Las vistas son todavía mas espectaculares que ayer porque la lluvia ha sido nieve en las cimas y los arboles a partir de cierta altura también se han cubierto de una capa de escarcha que crea un paisaje precioso a estas horas de la mañana.

De excursion en busca de la cueva de San Juan de Rila

Hoy nos vamos de excursión a buscar la cueva de San Juan de Rila (Ivan Rilsky). Tenemos un mapilla que compré ayer pero la ruta no se ve muy clara. Le pregunto a la chica del puesto de suvenirs y me dice que hay que seguir por la carretera así que por allí empezamos.

Jugando con la nieve mientras nos rodean nubes de vaporSe supone que está a unos 3,5Kmts. así que intento calcularlo aproximadamente pero cuando ya creo que no hemos pasado y la cosa parece seguir, paramos en unas mesas de picnic y comemos algo mientras los pekes juegan un rato con un poco de nieve que hay cerca de las mesas. Nubes de vapor nos rodean surgiendo del suelo y el paisaje parece de cuento.

Haciendo castillos con la nieve y unos vasosNos volvemos un poco frustrados y de regreso nos fijamos en una especie de aparcamiento que ya habiamos visto antes pero dejamos la carretera y me adelante un poco subiendo por el monte hasta que encuentro un cartelito que indica el sendero hasta la cueva. Es un poco tarde y los pekes están bastante cansados así que con un poco de pena decidimos darnos la vuelta para comer y poner rumbo de nuevo a Sofía para dormir antes de ir hacia Lovech.

Aparcados en el concesionario de Truma en las afueras de SofiaDe vuelta a Sofía, no hacemos ni caso del GPS y vamos guiándonos por los carteles que nos llevan por la carretera buena. ¡Vaya diferencia! Habrá que intentar actualizar la cartografía por si acaso. En Sofía tenemos fichado un concesionario de Hymer en el que teóricamente se puede dormir. No encontramos nada relacionado con Hymer pero muy cerca hay una especie de taller de autocaravanas que es representante de la marca Truma. Imaginamos que será este y entramos. Pedimos permiso para pasar la noche y nos dejan una esquinita tranquila e incluso nos permiten vaciar, coger agua y enchufarnos y todo gratis. ¡Fantastico!

Llegando a LovechAl dia siguiente agradecemos a Varban y a su mujer la hospitalidad del concesionario (www.karavani.com) y nos ponemos rumbo a Lovech donde hemos contactado a través de Internet con una chica cántabra que está trabajando allí en temas de medio ambiente y con la que intentaremos vernos por la tarde. Nuestras reticencias iniciales en el tema de la seguridad se van disipando y aunque no bajamos la guardia, tampoco estamos ya con la paranoia aunque el carácter Bulgaro si que se nos está haciendo un poco duro.

Vista del exterior del puente cubierto de Lovech

Llegamos a Lovech y resulta ser una ciudad pequeña enclavada a ambos lados del rio Osam entre unos farallones preciosos con pinta ser muy escalables como confirmaremos por la tarde. Nos instalamos en un parking junto al puente cubierto por 8 levas/24h (unos 4 euros) y me voy a buscar un sitio para comprar pan mientras Elena prepara la comida.

Interior del puente cubierto con sus tiendas de artesaniaDespués de comer, hemos quedado con Mireia al otro lado del rio así que aprovechamos para visitar el puente cubierto de Lovech que aparte de llevarnos a la otra rivera, también tiene unas tiendas muy chulas de artesania y recuerdos de la ciudad.

Vistas de Lovech desde lo alto de la fortalezaEn la plaza del otro lado del puente, esperamos cinco minutillos y viene Mireia. Despues de las presentaciones de rigor y de que los pekes pasen su ratillo de vergüenza, nos vamos a visitar la fortaleza con Mireia haciendo de guía. Es una chica encantadora y después de un rato de conversación, compartimos una visión bastante parecida del carácter búlgaro. Ella lleva casi tres meses aquí y todavía no ha conseguido compañía para ir al monte o a escalar los fines de semana.

Paseo por el monte siguiendo una antigua via romanaA los dos nos pasa lo mismo porque venimos de países donde el carácter dela gente era bastante abierto. Ella viene de pasar un año en México con una beca y nosotros venimos de 2 meses en Turquía y esto es como otro planeta en ese sentido.

Los cuatro con Mireya después de nuestro cafecito en el centro de LovechPasamos una tarde super-agradable y entre un pequeño paseo por el monte, otro por la ciudad, hablar y el cafecito final, nos dan las ocho y tenemos que retirarnos ya para preparar la cena de los pekes. Nos acompaña hasta la autoca y aprovechamos para enseñarle nuestra casita con ruedas y ya nos despedimos hasta no sabemos cuando aunque seguiremos en contacto gracias a Internet. ¿Mil gracias Mireia por compartir esta tarde con nosotros!

Ahora a descansar y mañana hacia Veliko-Tarnovo

posted by Julio

Pasamos la frontera sin problemas pero flipamos con la cola de camiones que están ocupando uno de los carriles de la carretera. Hay varios kilómetros de camiones esperando con pinta de tener que pasar allí bastante tiempo.

Cola de camiones esperando para cruzar la frontera Turco-BúlgaraLo primero que hacemos nada más pasar la frontera, es acercarnos a una pequeña oficina que hay junto a una gasolinera  a comprar la viñeta obligatoria para circular por las carreteras Búlgaras. Le he pedido a la chica una viñeta para 10 días pero cuando veo la que me ha dado, pone en ingles que es para siete días.

Oficina para comprar la viñeta nada más pasar la fronteraVuelvo y se lo digo pero la chica insiste en que, para 10 días, esta es la que necesito. No es cuestión de ponerse a discutir en inglés y decido fiarme. Ya Veremos si he acertado. También aprovechamos para echar gasoil que es algo más barato que en Turquía.

Cigüeña en un poste de la luz camino de PlovdivSeguimos camino de Plovdiv a donde llegamos en un rato. Buscamos algún parking para aparcarnos en el centro pero entre que algunos tienen límite de altura y en los que no tienen, nos dicen que no se puede entrar con autoca, al final no conseguimos aparcar en ningún lado y decidimos irnos para un camping que tenemos fichado en las afueras.

En Bulgaria y Rumania, hay un monton de carros circulando por la carreteraMe confundo en un cruce y tengo que hacer una maniobra en medio de la carretera y el conductor que llevo detrás se cabrea bastante y echa un par de juramentos en Bulgaro. Más que cambiar de país, parece que hemos cambiado de planeta. No queremos prejuiciarnos pero Elena y yo coincidimos en la sensación de que todo el mundo parece enfadado. Esto no tiene nada que ver con Turquía.

Aparcados en el Camping Kilometro4, en las afueras de PlovdivLlegamos al camping y en este caso no tenemos problemas y nos aparcamos para pasar el día. Estamos un poco cansados y hoy no nos apetece liarnos con transportes públicos para ir al centro así que nos quedamos en el camping y aprovechamos para descansar y dar clase. Mientras Elena se queda con los pekes yo me voy a dar una vuelta a ver si veo algo interesante en los alrededores.

Como el dia está bueno sacamos la mesa para jugar un rato fueraEstamos en una especie de polígono industrial y después de un rato de andar, no encuentro nada que merezca la pena así que me vuelvo para la autoca. A medio camino se me acerca un tipo en bici, vestido de camuflaje y con una pinta un poco rara (y eso que a estas alturas del viaje ya casi nada me parece raro) y me empieza a hablar en Búlgaro (supongo). Le hago ver que no entiendo nada y me empieza a repetir lo mismo en italiano. Esta vez le pillo algo más y entre los gestos y lo que pillo del italiano, me viene a decir que tengamos cuidado porque en Bulgaria hay muchos ladrones. ¡Pues empezamos bién!

Llegando a SofíaVeníamos a Bulgaria con un poco de paranoia por un comentario que nos hicieron en Estambul pero después de esto, me voy derecho a donde el chico del camping y le pregunto directamente por el tema de la seguridad en Bulgaria y lo único que me dice es que dentro del camping no hay problema pero fuera, hace un gesto como encogiéndose de hombros.

¡Pues vaya ayuda! Se lo cuento a Elena y coincidimos en las malas vibraciones pero a estas cosas hay que darles tiempo y ya veremos mañana en Sofía. De momento el tiempo aguanta y pasamos un día tranquilito en el camping sin más percances y compartiendo la parcela con un par de perros superjuguetones que se pasan todo el día corriendo y revolcándose.

Vista desde nuestro parking en el centro de SofíaA día siguiente dejamos el camping y llegamos a Sofía con un día fantástico y nos quedamos en un parking céntrico junto a la plaza Sveta Nedelia. A través de Internet, hemos conocido a algunos españoles que viven en Bulgaria y uno de ellos está en Sofía y hemos quedado en vernos aunque cuando le llamamos para quedar, nos dice que se le ha complicado el día y al final nos vamos por nuestra cuentaCatedral en la plaza Sveta Nedelia.

Visitamos la catedral y el centro y acabamos sentados en un parque mientras los pekes juegan un rato. Enfrente tenemos el mercado Ali y entramos a conocerlo con la suerte de que en la planta baja tiene un self-service y aprovechamos para comer probando algo de comida Búlgara que por cierto también es bastante económica. Comemos Elena y yo por 9,90 levs (unos 5€).

Mercado Ali cerca del centro en SofíaDespués de comer, nos vamos de paseo por una enorme calle peatonal que recorremos durante un buen rato hasta que ya decidimos parar y sentarnos a tomar un cafecito porque tiene pinta de seguir todavía bastante y luego hay que volver. Imagino que después del invierno, cualquier día con sol invita a pasear y siendo domingo, está media Sofía en la calle..

Aparcados en la puerta de la iglesia de BoyanaUno de los españoles que viven en Bulgaria y que hemos conocido en Internet, nos ha recomendado la zona de la iglesia de Boyana para pasar la noche y ya nos volvemos al parking para ir hacia allí antes de que anochezca. Llegamos y es una zona llena de cuestas pero justo a la puerta de la iglesia hay un sitio que está bastante bien y allí nos aparcamos.

Fachada de la iglesia de BoyanaLe preguntamos a un señor que está en la puerta y nos dice que no hay problema en quedarse allí. La iglesia de Boyana es conocida por tener unos frescos medievales muy famosos y ha sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco pero justo están cerrando cuando llegamos así que me parece que nos quedamos sin verla.

Elena abrazada a la sequoia gigante del jardin de BoyanaEl guarda, muy amablemente, me permite entrar a hacer un par de fotos de los jardines y el entorno pero la iglesia ya está cerrada. En el jardín exterior hay algunas sequoias gigantes hermanas pequeñas de las americanas pero bastante impresionantes también. ¡Guau, son enormes!

Pasamos una noche muy tranquila y a la mañana queremos salir enseguida para Rila aunque antes me da tiempo a entrar con los pekes al jardín de la iglesia y enseñarles la sequoia gigante y se quedan flipados. ¡Entre los tres no conseguimos rodearla!

El monasterio de Rila nos espera.

posted by Julio

Salimos de Pamukkale con destino Estambul. A nuestra velocidad habrá unas 8 ó 9 horas de viaje y la idea es hacer una parada a mitad de camino en la ciudad de Kutahya y pasar la noche allí.

Aparcados en KutahyaLlegamos en unas cuatro horas y vamos a una especie de pequeño parking que habíamos localizado a través de Google Maps. El sitio resulta estar en una carretera en cuesta, cerca de una mezquita pero justo la parte de aparcar esta nivelada y hay espacio así que allí nos quedamos.

Los pekes jugando en un parque de ejercicios junto a la autocaNo venimos con idea de hacer mucho turismo por Kutahya y aprovechamos para hacer algo de clase con los pekes. Aunque estoy bastante cansado de conducir, necesito estirar las piernas y me doy un paseo mientras Elena hace la clase. No encuentro nada especialmente interesante en mi recorrido pero por lo menos llego hasta una plaza con un parque donde podemos venir a la tarde.

Jugando en un parque en KutahyaComemos y salimos a dar una vuelta. Recorremos de nuevo mi trayecto de la mañana y llegamos hasta la plaza del parque donde pasamos un buen rato hasta que los papis nos vamos quedando fríos y decidimos movernos a otro pequeño parque que hay más adelante con un bar al lado donde nos estamos otro buen rato tomándonos un par de tés mientras los pekes juegan.

Volvemos pronto a la autoca y aprovechamos para ver una peli y en cuanto cenamos, nos vamos pronto a dormir porque mañana nos tenemos que dar otra panzada de conducir hasta Estambul.

Tradición y modernidad se mezclan en EstambulSalimos de Kutahya temprano y llegamos después de cuatro horas y media de carretera y vamos directos a un parking de la parte asiática de la ciudad que nos pasó en su día Sureyya (un chico turco que conocimos en Tekirdag). Toda la zona está en obras y también el parking a donde íbamos pero al lado hay otro aparcamiento recién estrenado justo al lado de un gigantesco parque que ocupa un par de kilómetros de litoral junto al paseo marítimo.

Aparcados en un parking nuevo frente al paseo maritimo en la parte asiaticaYa es mediodía y mientras Elena se lía con la comida, me voy con los pekes a echar un vistazo al parque donde estamos. En pocos minutos llegamos hasta donde están las zonas de columpios y nos quedamos alucinados. Hay un montón de áreas de juego, cada una de un tipo diferente, recién estrenadas (algunas tienen todavía el plástico de protección puesto) y esperando a que las usemos.

Los mayores también probamos los columpiosLos pekes no pueden resistirse y, aunque les digo que nos tenemos que ir enseguida a comer, probamos los columpios que nos quedan más cerca incluida una especie de mini montaña rusa en la que se baja colgado y que no habíamos visto nunca. ¡Que chulada!

Iker estrenando una "paellera"A lo lejos, vemos otro montón de áreas de juego pero les convenzo para dejarlas para la tarde y volvemos a la autoca para comer y contarle a Elena todo lo que hemos encontrado. Esto es como un parque temático de columpios y el sueño de cualquier niño. Imagino que con las elecciones municipales turcas a la vuelta de la esquina, algún político habrá tenido mucha prisa por inaugurarlo aunque hay partes que todavía están en obras.

Los pekes salseando en la zona de los animalesComemos y volvemos los cuatro al parque. Elena también flipa cuando lo ve y los pekes  se van montando en todo y nosotros probamos también algunos especialmente chulos.  Pasamos la tarde y cuando ya nos hemos cansado de columpios vamos hacia el paseo marítimo y lo recorremos hacia el sur. ¡Guau, vaya montaje! Hay una red de carriles bici-patines dentro del parque que es flipante.

El paseo maritimo y el carril bici se pierde a lo lejosEl paseo marítimo sigue pero nosotros nos volvemos ya que nos estamos alejando demasiado. En la zona donde estamos ahora hay un conjunto de canchas de futbol/baloncesto también recién estrenadas. Todo el conjunto es impresionante, acorde con el tamaño de la ciudad más grande de Europa.

Atardecer sobre la autoca en la parte asiatica de EstambulDormimos en el aparcamiento junto al parque y a la mañana siguiente nos ponemos en marcha hacia la zona histórica de Estambul donde nos quedamos en el parking que ya conocíamos de cuando entramos en Turquía. La autocaravana del señor turco que está viviendo en el parking sigue allí y también nos encontramos con una pareja francesa de Baiona (muy cerca de Donostia) que están con su autoca en otro parking y están mirando para ver si se cambian.

Atravesando uno de los puentes sobre el bosforoMe cuentan que tienen que hacer la ruta de vuelta hacia Francia y que están pensando en volver por Albania y Montenegro. Les cuento nuestra experiencia de atravesar estos países y pasamos un buen rato charlando de las anécdotas del camino porque hablan perfectamente castellano. Frente a nosotros, también hay aparcado un 4x4 autocaravana impresionante aunque no veo a los dueños.

Acercandonos a Santa SofíaComemos y nos vamos de visita a Santa Sofía. Ya nos sabemos el camino y llegamos enseguida. Santa Sofía nos quedó pendiente la primera vez que estuvimos en Estambul y ahora aprovechamos para quitarnos la espinita. Lo cierto es que es espectacular por sus dimensiones pero tampoco es para tanto. Creo que esperábamos algo más.

Vista de los barcos de paseo desde el puente de GalataDespués cogemos un tranvía y nos vamos a la zona de Galata y cruzamos el puente de nuevo como la primera vez. Empezamos a tener hambre y buscamos una cafetería para comer algo antes de ponernos a buscar el camino hacia la torre de Galata que es nuestro siguiente objetivo. Hay que aprovechar estos últimos días en Turquía que luego va a ser más complicado encontrar precios que nos permitan comer fuera.

Aprovechamos para descansar un rato mientras comemos y los camareros les vacilan a los pekes con el futbol. Que si son del Barsa, que si son del Madrid. ¡Bufff! es un tema omnipresente en Turquía y ya nos resulta un poco cansino, la verdad. Para los turcos, España es igual a futbol…

Vista de la torre de Galata desde el final del puenteTomamos un tecito para reposar la comida y enseguida nos ponemos a buscar la torre. Nada más cruzar la calle ya vemos cartelitos que indican por donde ir y los seguimos. De camino hacia allí, pasamos por una calle que esta únicamente dedicada a la venta de bombillas y focos LED. Hay por lo menos 10 ó 12 tiendas dedicadas a esto y tienen de todo. Por curiosidad entro para preguntar por iluminación LED de 12V para la autoca pero solo tienen material para 230V. Una pena porque para el año que viene tenemos que sustituir un par de fluorescentes por LEDs. Lo tendremos que mirar tranquilamente al volver a casa.

Vistas desde la torre GalataLlegamos a la torre y nos cobran 6,5€ por cada adulto (Donde veas los precios directamente en euros, ponte a temblar). Nos parece un poco caro para simplemente subir a la torre pero como los pekes no pagan, al final decidimos subir. Arriba, la terraza está abarrotada y justo podemos girarla una vez, sacar unas fotos y para abajo porque los pekes se están agobiando con tanta gente y nosotros, la verdad es que también.

De vuelta atravesando Sultanamhet después de un dia de mucho troteCruzamos el puente Galata de vuelta y entramos al bazar de las especias a hacer unas compras. Hay gente a patadas por todas las calles de alrededor y estamos un poco asustados. Está claro que esto ya no es enero y se nota mucha más gente que cuando estuvimos la primera vez. Dentro del bazar no hay tanta gente y se anda un poco más relajado pero acabamos las compras enseguida y nos volvemos para la autoca que estamos bastante cansados.

Elena y los pekes van directos y yo me voy por otro camino para pasarme a recoger nuestra colada por una lavandería donde la hemos dejado esta mañana antes de salir de turisteo. 

Impresionante 4x4 autocaravana de Monika y Gary de Turttle expeditionA la mañana siguiente, la pareja de Baiona se viene al parking y conocemos también a la pareja que está viajando con la autocaravana 4x4. Son Monika y Gary, dos viajeros profesionales que llevan cuatro décadas recorriendo los sitios más increíbles de nuestro planeta y ahora están preparando una travesía hasta Pekín (www.turtleexpedition.com).

Acercandose poco a poco a los cachorritosComentamos el tema de saltar a América el año que viene y Monika promete enviarme el contacto de una empresa Belga con la que ellos han hecho el porte y que sale más barato que las que he localizado yo. También coincidimos en el parking con unas chicas Italo-Alemanas que están recorriendo Europa y Turquía en una furgoneta mercedes del año catapun. Ya empezamos a encontrar gente en el camino porque hasta ahora hemos estado solos en casi todos los sitios. Será que ya casi es primavera.

Jugando con los cachorros despues de coger confianzaEn los dos días que pasamos allí, disfrutamos también de una camada de 7 cachorritos de perro con unas pocas semanas de vida que viven en el parking y que reciben mimos y comida de todos los que estamos por allí. A los pekes les cuesta un poco cogerles confianza pero al cabo de un rato ya juegan sin miedo con ellos. ¡Una preciosidad!

Trabajando un rato en la oficina portátil en el camping de SelimpasaSalimos de Estambul con intención de pasar un par de días tranquilos en un camping que hay a unos 70 Kms. camino de la frontera Búlgara. Llegamos y el camping está genial. Aunque el camping está abierto todo el año, estamos solos y cuando le pregunto por el precio me da a entender que no es el de tarifa pero no consigo que me cierre un precio por noche. Ya sé que al final me va a tocar regatear pero el sitio está guay y necesitamos un par de días tranquilos para preparar el paso a Bulgaria y ponernos un poco al día con la Web después de nuestro periplo Turco así que nos quedamos.

Preciosos colores en el atardecer en el campingAprovechamos para dar clase, escribir, preparar los itinerarios, buscar parkings, campings y toda la parafernalia de tareas que necesitamos para seguir avanzando en el viaje. Al tercer día estamos listos para partir y tal y como había previsto me toca regatear. A final, ni pa ti, ni pa mí y pagamos una tarifa un poco cara para ser Turquía pero más barato que los precios de la lista y salimos camino de Edirne, nuestra última ciudad turca.

Aparcados en un parking en Edirne En Edirne nos cuesta encontrar aparcamiento y al final encontramos uno donde estamos un poco inclinados pero para pasar una noche tendrá que valer. Hace un día fantástico y salimos a conocer un poco la ciudad. Vamos a visitar la mezquita de Selimiye pero justo antes de entrar nos damos cuenta de que Elena se ha dejado en la autoca el pañuelo que suele llevar siempre y al final recorremos los pasillos del bazar que hay en la entrada pero no entramos al interior de la mezquita.

Preciosa la mezquita de SelimiyeSeguimos con el paseo a ver si encontramos un parque para que jueguen los pekes un rato pero es la única ciudad turca donde no hemos conseguido encontrar uno. Al final, recorremos paseando una enorme calle peatonal donde ahora mismo debe estar media ciudad y nos volvemos para la autoca después de comernos unos bocatas de Kebab y comprar un kilo de fresas para zampármelas con yogurt, que tengo antojo, je je.

Callejeando por Edirne. Los banderines son propaganda electoralA la tarde, por fin,  conseguimos encontrar un parque junto a una cafetería bastante cerca de la autoca y allí pasamos la tarde tomando unos tés e intentando imaginar cómo será el mundo más allá de la frontera turca. Juan, el caravanista de Baiona, nos comentó que había estado leyendo cosas no muy buenas de Bulgaria pero no queremos hacer juicios previos porque con Turquía nos pasó eso y luego ha sido lo mejor del viaje hasta ahora.

Hoy a descansar bien y mañana en marcha hacia Plovdiv, en Bulgaria.

No puedo cerrar la etapa turca sin hacer una recomendación expresa de visitar un país que a nuestro juicio, tiene de todo y con un coste muy asequible. Para nosotros ha sido todo un descubrimiento y nos hemos sentido tremendamente cómodos y seguros en todos los sitios que hemos visitado y hemos recorrido prácticamente toda la costa oeste y suroeste del país. No sabemos cómo será en temporada alta, pero fuera de temporada es totalmente recomendable y desde aquí os animamos a visitarlo, eso sí, estando atentos a la situación política.

posted by Julio

Lo primero que nos llama la atención antes de llegar a Antalya es que hay un enorme portaaviones fondeado a pocas millas de la costa, frente a la ciudad.

Portaaviones fondeado frente a la costa en AntalyaNo podemos distinguirlo exactamente pero imaginamos que formará parte de la flota americana en el mediterráneo porque en esta zona ya estamos relativamente cerca de la costa Siria.

En Antalya tenemos localizado un parking en pleno puerto y hacia allí nos dirigimos. La zona en la que nos tenemos que desviar hacia el parking está en obras y nos tememos lo peor pero finalmente llegamos sin problemas y el parking está genial.

Aparcados en el puerto. De lujo.Hay sitio libre y las tarifas del parking están expuestas en la garita de entrada pero cuando le pregunto por el precio para pasar la noche me dice un precio que no tiene nada que ver. El chico del parking no habla inglés pero está con otro chico que sí que habla un poco y le indico las tarifas y le pregunto porque no nos cobra según eso.

Vista del rompeolas a la entrada del puertoLe mira al del parking como diciendo "que quieres que le cuente" y al final nos dice que vale y que nos cobra lo que pone en el papel o sea que nos quedamos por 10TL/día. El sitio está genial y aunque no tiene servicios, no nos importa porque venimos cargados de Çirali y como la previsión no es muy mala, podemos estar tres o cuatro días sin enchufarnos ni cargar agua. ¡A disfrutar de Antalya!

Tumbados a la bartola mientras esperamos que salga el barcoPara aprovechar el día, enseguida nos preparamos y nos ponemos en marcha. En cuanto bajamos al puerto hacemos la primera turistada. Viene un chico de uno de los barcos que están atracados y nos ofrece dar un paseíto de media hora para ver la costa cercana, unas cascadas y unas cuevas que hay en los acantilados que bordean la ciudad. El precio es bastante asequible (30TL por los cuatro) y le decimos que si salimos ya que vale. 

Iker de vigia en la proa del barcoA los pocos minutos sube también una parejita joven. El "ya mismo" inicial se acaba convirtiendo en veinte minutos de espera mientras intenta conseguir algún cliente más. Al final estoy ya un poco mosqueado y el tío lo nota porque cuando me levanto para decirle que nos largamos se pone en marcha para largar amarras y en dos minutos estamos navegando.

Vista del torreon y la zona del mirador desde el barcoEl día está precioso para un paseo en barco y la costa de Antalya se presta mucho a ello porque toda ella es un enorme acantilado. El problema es que realmente no nos acercamos demasiado ni a los acantilados ni a las cascadas ni a las cuevas y al final de la media hora nos sentimos un poco decepcionados aunque los pekes han disfrutado de la experiencia y se lo han pasado teta vacilando con la parejita que venía con nosotros que les han dado mucha caña.

Otro barco repleto haciendo el paseito por la bahiaTerminado nuestro miniperiplo marino, seguimos nuestro paseo por el puerto y podemos ver como hay multitud de barcos que salen a hacer el paseo por la costa y son muchos los que se dedican a "captar" clientes para esos paseos. Quizá hubiera sido mejor no montarse en el primero que nos lo ofrece y haber mirado un poco más pero a todo pasado…

Cafecito en una terraza con vistasSubimos a la ciudad por las callejuelas que ascienden desde el puerto y andamos un rato sin rumbo fijo, simplemente disfrutando del paseo y al final, ya cansados, nos sentamos a tomar un té en una terraza de un restaurante colgado sobre el acantilado con unas vistas espectaculares sobre el puerto y la costa. De vuelta a la autoca callejeamos un poco más y acabamos bajando por las calles más comerciales de la zona del puerto donde hay una especie de bazar al aire libre.

Vistas sobre el puerto desde la parte alta de la ciudad

Al día siguiente los pekes hacen clase mientras yo voy a buscar una lavandería que he encontrado en Internet. La encuentro y dejo la ropa lavando mientras me voy a dar una vuelta y localizo un parque chulo para venir a la tarde y hasta me da tiempo a sentarme a escribir un rato a un bar cercano. Vuelvo a última hora a recoger la ropa y hablo un rato con la dueña del negocio que resulta que es una chica alemana llamada Katia que ha decidido buscarse la vida en Turquía y aparte de la lavandería, tiene un par de habitaciones  que alquila.

Visitando el museo del jugueteA la tarde lo primero que hacemos al salir es pasarnos por el museo del juguete porque lo tenemos casi al lado del aparcamiento. No es muy grande pero es bonito y está bien organizado por temáticas. Es muy retro y a Elena y a mí nos trae muchísimos recuerdos de los juegos de nuestra infancia y los pekes flipan cuando ven algunos de los juguetes que teníamos nosotros de pequeños. 

Callejeando hacia el torreonDespués seguimos el paseo hasta la zona del mirador-torreón y el parque que he visto a la mañana. Para llegar hasta allí tenemos que pasar por la lavandería de Katia y cuando nos acercamos porque quiero enseñársela a Elena, nos llevamos la sorpresa de que está cerrada, con el cartel quitado y con un pintada hecha con spray donde antes estaba el cartel que dice en ingles "Cerrado por el fascismo contra los extranjeros en Turquía".

Zona de paseo cerca de donde nos tomamos el te de la tardeNos quedamos muy sorprendidos porque yo he estado ahí mismo hace pocas horas y no he sentido nada raro ni Katia ha comentado nada. Lo cierto es que el clima político en Turquía en estos momentos está un poco alterado, pero es más entre las propias facciones turcas que contra los extranjeros. Nosotros no hemos sentido ninguna animadversión en ningún momento y esto nos sorprende bastante.

Pekes atrapados para la foto en el torreonLo comentamos con nuestros amigos de Bodrum pero tampoco nos saben dar ninguna explicación. Al final lo tomamos como una casualidad aislada porque tampoco podemos hacer nada más. Seguimos con nuestro paseo y pasamos una tarde muy tranquilita en el parque y de vuelta hacemos unas compras en la zona del bazar.

Al día siguiente me toca clase a mí y Elena aprovecha para darse un paseíto y relajarse un poco que los pekes son muy absorbentes y de vez en cuando es necesario desconectarse un poco.

Puerta de AdrianoA la tarde nos vamos andando hasta la puerta de Adriano y nos quedamos a tomar algo en una curiosa calle que está toda cubierta de paraguas de colores que le aportan un toque de colorido muy especial. El día está despejado pero sopla un viento frio que corta la cara y en esta calle no encontramos ningún sitio para sentarnos a cubierto y no aguantamos mucho sentados en la terraza así que en quince minutos nos hemos puesto en marcha para la zona comercial de Antalya porque queremos hace algunas compras antes de irnos mañana.

Calle de los paraguas de coloresLlegamos enseguida y podemos ver que en una de las plazas cercanas, hay una especie de concentración de protesta. Nos acercamos a echar un vistazo y podemos ver que se trata de una especie de homenaje-protesta por Berkin Elvan, un niño herido por un bote de humo en las protestas de Estambul del año pasado que estuvo en coma desde entonces y que recientemente ha fallecido.

Concentracion de recuerdo de Berkin Elvan en AntalyaCreo que lo he comentado en algún post anterior pero en este momento, en Turquía, están en plena campaña electoral para las elecciones municipales que serán a finales de marzo y todas las sensibilidades políticas están a flor de piel. Seguimos con nuestras compras y acabamos tomando un capuccino en una cafetería de la calle principal mientras la concentración se transforma en manifestación y se aleja calle abajo entre gritos de protesta. En el rato que nosotros hemos visto no ha habido ningún incidente pero por si acaso nos mantenemos a distancia.

Tranvia en AntalyaCuando nos disponemos a pagar para irnos, nos meten la, que consideramos, primera clavada de verdad en Turquía. ¡Nos cobran 9TL por un capuccino (unos 3€)! Que puede ser un precio europeo pero para Turquía es bastante caro. Se nota que Antalya es bastante turística. ¡Eso nos pasa por pedir capuccinos en vez de té!

Entretanto, hemos aprovechado estos días para decidir qué hacer con nuestro periplo de vuelta a Estambul. Con mucha pena, vamos a prescindir de Capadocia porque las temperaturas por allí son bastantes bajas y la vuelta que tenemos que dar es demasiado grande y vamos a hacer el regreso pasando por Pamukkale que es más corto y menos extremo, climatológicamente hablando.

La nieve muy cerquita camino de PamukkaleAsí que al día siguiente dejamos Antalya y nos ponemos en marcha hacia Pamukkale. No es un gran recorrido pero si es más largo de lo que estamos habituados a hacer. Hasta ahora hemos ido costeando Turquía tranquilamente haciendo 60-80 Kms. diarios y tomándonoslo en plan tranquilo y en las siguientes etapas va a tocar hacer más kilómetros.

Aparcados en el restaurante Manzara

Camino de Pamukkale, llegamos a Denizli y aprovechamos para entrar en un centro comercial y reponer existencias. Desde allí a Pamukkale hay pocos kilómetros y en cuanto coges la carretera se ve a lo lejos una enorme mancha blanca que indica donde está nuestro destino.

Vista de la zona de acampada al anochecerLlegamos a nuestra primera opción para acampar pero parece que es una especie de aquapark y no hay ni rastro de un parking de autocaravanas. Aparcamos un momento allí mismo y me bajo para echar un vistazo por los alrededores cuando sale un señor de un restaurante que está frente a nosotros y nos dice que podemos acampar allí. Voy con él a echar un vistazo al sitio y la verdad es que está genial.

Vista de Pamukkale desde nuestro emplazamientoEs un restaurante con una gran zona verde rodeándolo, una enorme piscina, WIFI incluido y además estamos frente a la colina de Pamukkale con unas vistas preciosas. Le pregunto por el precio y me dice que 20TL (o eso le entiendo yo como podréis ver después). Un precio perfecto, quizá demasiado bueno para un destino de primera línea como Pamukkale pero como estamos fuera de temporada, lo veo factible. ¡Nos quedamos!

Recorriendo con los pekes el parque bajo la colina de PamukkaleNos instalamos, enchufamos la autoca y me voy con los pekes a dar una vuelta a ver que vemos en los alrededores. Llegamos enseguida hasta la zona de la colina y vemos que en la parte de abajo hay un parque precioso al que se puede acceder de forma gratuita y desde el que se ve toda la colina blanca de Pamukkale. También hay una especie de laguito en el que se pueden alquilar barquitas para darse un paseo.

Vista de la zona alta vista desde el parqueSeguimos un poco más adelante y llegamos hasta la zona por la que hay que entrar, ya pagando, al área visitable de Pamukkale y las ruinas de Hierapolis, la ciudad que se construyó junto al "castillo de algodón" que sería la traducción literal de Pamukkale del Turco. No entramos pero ya sabemos dónde tenemos que venir mañana y nos volvemos para la autoca a pasar una tranquila noche en el camping.

Cartel a la entrada de PamukkaleAl día siguiente  desayunamos, preparamos mochilas y nos ponemos en marcha para subir a Pamukkale. Vamos directos porque ayer ya vimos por donde se entra. Desde el torno de entrada hasta donde empiezan las formaciones de carbonato cálcico hay unos doscientos metros  que recorremos enseguida con ganas de pisar ya la piedra blanca.

Descalzos y listos para empezar a subir las cascadas¡Sorpresa! No lo habíamos leído en ningún lado y resulta que para subir a Pamukkale andando por las cascadas hay que ir descalzo así que nos quitamos las botas y las guardamos en unas bolsas que hay allí y las metemos en la mochila. Ya descalzos nos metemos en la cascada y sentimos el tacto de la roca blanca directamente en las plantas de los pies.

Los pekes disfrutando en las piscinas¡Ufff! Espero que más arriba el agua esté más caliente porque aquí abajo está helada. Los pekes, que normalmente van siempre rezagados y a lo suyo, esta vez van por delante y hay que gritarles para que esperen. Se van metiendo en todas las piscinas que encuentran y dudamos mucho que la ropa pueda llegar seca hasta arriba.

Pamukkale es una pasada!!!A mitad de la subida, empiezan a aparecer piscinas más grandes y estas están ya calentitas. "¡Pamukkale es lo mejor del mundo mundial!" gritan entusiasmados mientras prueban todas las piscinas que se van encontrando y saltan de charco en charco.

Con el agua hasta las rodillasLlegamos a la parte de arriba y aparecen ya cinco o seis piscinas escalonadas seguidas y con una temperatura muy agradable. El día está completamente despejado y el marco es incomparable. Un cielo azul precioso recortado contra los bordes blancos de las piscinas. ¡Guau! Realmente merece la pena la visita.

Piscina superior con la cascada de agua caliente cayendo directamenteEn esta parte, los pekes hacen un par de intentonas de que les dejemos bañarse pero hacemos de padres petardos y no les dejamos porque nos parece que, aunque hace buen día, el viento es bastante frio y nos da un poco de miedo que se pillen algo a estas alturas.

Por fin una foto de los cuatro juntos en las gradas de HierapolisLlegados arriba, nos volvemos a poner el calzado y recorremos la parte alta de la colina y las ruinas de la ciudad de Hierapolis que resulta ser casi tan bonita como las cascadas, sobre todo el teatro que ha sido restaurado y resulta increíble de ver casi igual que lo vieron los antiguos pobladores de la ciudad.

Circo restaurado de HierapolisLo que estamos viendo es tan maravilloso y tiramos tantas fotos que mientras estamos en el teatro nos quedamos sin batería en la cámara y el resto del día tenemos que usar la cámara del móvil. Llevamos una buena tanda de andar pero todavía conseguimos ir a ver la tumba de San Felipe en lo alto de un pequeño promontorio localizado al sur de las ruinas principales antes de que los pekes se declaren en huelga de piernas definitivamente.

Bañandose en la piscina superiorDespués de descansar un rato bajamos de nuevo a la zona de las piscinas pero, esta vez, cuando llegamos, hay un par de niños bañándose y la verdad es que a la vista de los niños disfrutando, las piscinas calentitas, el cielo y el sol, nuestros argumentos de viento frio parecen una tremenda estupidez y sacamos los bañadores que llevábamos en la mochila y les dejamos meterse.

Jugando con la cascada que cae sobre la piscinaDisfrutan como nunca del agua caliente, nadando y chapoteando y nosotros disfrutamos igual viéndoles desde arriba. Juegan también un rato con los otros niños que están en la piscina y al cabo de casi dos horas, conseguimos que salgan que el sol ya empieza a bajar y se va notando. ¡Vaya rato más alucinante que hemos pasado!

A veces con la excusa de protegerles de los problemas, evitamos que pasen un rato tan genial y especial como este. ¡Somos padres y es difícil encontrar el término medio aunque en este caso hemos visto la luz, je je!

Vista desde arriba antes de iniciar la bajadaLos pekes se secan y se visten y organizamos las mochilas para disponernos a bajar. Hay que hacer todo el recorrido en sentido contrario y, por supuesto, descalzos. ¡Ufff! Las plantas de los pies sufren bajando mucho más que subiendo y hay zonas con piedritas pequeñas en que de verdad lo paso mal y veo que Elena también. Por fin llegamos abajo con las plantas bastante doloridas y agradezco muchísimo poder ponerme los calcetines y las botas. ¡Ahh, que maravilla poder pisar sin que duela!

Globo aerostatico visto desde el pueblo al bajarLos pekes están tristes porque se han quedado con muchas ganas de más Pamukkale. Lo comento con Elena y la verdad es que nos da igual quedarnos un día más y volver a subir y la entrada de los cuatro son 40TL (unos 14€). Lo dejamos en el aire y decidiremos mañana según el tiempo.

Iniciando la subida del segundo diaAmanece un día esplendido, completamente despejado y sin viento. No les decimos nada a los pekes todavía pero en cuanto terminamos con las clases preparamos las mochilas y cuando se enteran de que vamos a volver a subir, dan saltos de alegría. Hoy yo también me cojo el bañador y si la temperatura acompaña me meto con ellos.

Disfrutando de la subidaComo ya sabemos el camino de memoria, disfrutamos la subida sin prisa. Es sábado pero no hay mucha gente y nuestro único objetivo para hoy es pasarlo bien en las piscinas porque ayer ya visitamos todo lo visitable y vamos tranquilos parando todo lo que haga falta.

Tumbados super a gusto en la orilla de la piscinaNada más llegar arriba nos ponemos los bañadores y nos metemos en la piscina más alta. En este momento no hay nadie más bañándose y disfrutamos a fondo de nuestra piscina privada. Mientras los pekes juegan, yo me tumbo a la bartola con la cabeza apoyada en el borde y el cuerpo sumergido en el agua calentita. ¡Ahhh, que a gusto se está!

Solos en la piscina. Luego empezara a meterse más genteSe nos pasa el tiempo volando. Al rato se meten también un par de chicos y una chica españoles con los que nos hemos cruzado en la subida y después ya se van metiendo poco a poco más gente. A pesar de estar en marzo, el día aguanta muy bien y la temperatura invita a darse un bañito.

Los pekes haciendo un poco de meditación, je jeLos pekes todavía se quedan un rato más y salen arrugados como pasas. Después de secarles, descansamos un rato, comemos algo y hacemos una visita rapida al museo y al salir ya nos vamos a pasar el calvario de la bajada de nuevo. Hoy Elena y yo lo pasamos peor porque todavía tenemos las plantas un poco doloridas de ayer pero, sin duda, ha merecido la pena y Pamukkale ha pasado a ser uno de los TopTen del viaje para nosotros y, por supuesto, para los pekes.

Comiendo algo después del bañoAl día siguiente queremos salir ya hacia Estambul, contando nuestros últimos días en Turquía y cuando voy a pagar la estancia, me llevo la sorpresa de que no son 20TL/día sino 20€/día. La diferencia es considerable y no teníamos previsto pagar esa cantidad. Probablemente sea cierto que me lo dijo y yo le entendí mal pero sabiendo ese precio no nos hubiéramos quedado y hubiéramos buscado otro sitio. Se lo intento hacer entender y al final llegamos a un acuerdo intermedio y lo dejamos en 110TL por los 3 días.

Solucionado este pequeño incidente, nos ponemos en marcha hacia Estambul. Vamos a hacer los 700kms. que nos separan de la ciudad, en dos etapas por el interior. Nos apetece mucho volver allí.

posted by Julio

Salir de Kas significa ir todo para arriba porque estamos totalmente rodeados de montaña. Después de un buen rato de subir paramos en una gasolinera a repostar y cuando bajo me tengo que volver a subir pitando a por una chamarra del viento tan frio que sopla.

Vista de la playa poco antes de DemreEnseguida empezamos a bajar de nuevo hacia la costa y la cosa se va suavizando. Llegamos a Demre en un ratillo y el GPS nos mete por unos caminos que resultan estar en obras y bastante embarrados. Pasamos con algún pequeño apuro por encontrarnos algún vehículo de frente y finalmente llegamos a la zona de la playa donde se supone que tiene que estar el área de autocaravanas.

Aparcados en Demre mientras echamos un vistazo a la zona

Lo único que encontramos es algo parecido a un restaurante-chiringuito playero. Aunque sí que es verdad que tiene un cartel de camping, está cerrado y por allí no se ve a nadie. A unos cien metros hay unas obras y están pasando camiones todo el rato. No parece un sitio muy agradable para quedarse y decidimos buscar otra cosa pero aprovechamos que tiene los baños abiertos para echar nuestras aguas y así vamos vacíos por si acaso.

El recorrido por la costa es muy bonito y ofrece rincones preciososNo tenemos ningún otro destino previsto cerca y decidimos seguir la carretera de la costa a ver que encontramos. Demre no es nada bonito. Es un pueblo lleno de invernaderos casi hasta el mar y con toda la zona de playa muy poco cuidada. Por lo menos la parte que nosotros estamos viendo.

Vista de la entrada a FinikeA unos veinte kilómetros llegamos a Finike y nos parece más bonito. Decidimos parar para echar un vistazo y nos aparcamos en las traseras de la marina junto a un parque y un pequeño chiringuito. El sitio resulta ser muy chulo y tranquilo. Tenemos parque, tenemos un enorme paseo marítimo para andar, bares y cafeterías cerca, mercado… Decidido, nos quedamos aquí a pasar el día y mañana ya veremos.

Jugando en el parque al lado de la autocaDespués de comer nos vamos a conocer el pueblo. Nos quedamos un rato en los parques que tenemos al lado y cuando nos aburrimos seguimos recorriendo el paseo marítimo hasta el centro del pueblo. Tampoco tiene nada especial pero es muy agradable y tranquilo. Antes de volver, nos metemos en una cafetería y nos tomamos unos tés con unas Fogaças por 3,5TL. (1,5€) ¡Esto es vida!

Mercado central de Finike donde voy a comprar la frutaAl día siguiente me voy al mercado a comprar algo de fruta y verdura mientras Elena adelanta clases con los pekes. Acabo en seguida y aprovecho para escaparme y pasar toda la mañana escribiendo en una cafetería. ¡Que gustazo! Gracias a estos ratos puedo adelantar un poco las crónicas que con el trajín diario no hay manera de llevar al día.

Pinos maritimos en la playa de ÇiraliTerminamos de comer y salimos hacia Çirali, un destino que nos habían recomendado la pareja de alemanes que conocimos en Oludeniz y que, después de mirar un poco por Internet, sí que resulta realmente interesante. Çirali es un pueblecito costero ubicado junto a una enorme playa protegida, rodeada de bosque y montañas y con una preciosa ciudad en ruinas (Olympos) en uno de sus extremos y sin nada construido en los alrededores que pase de dos pisos.

Salimos de Finike lloviendo y llegamos a Çirali lloviendo. Para llegar hay que salir de la carretera principal y bajar durante varios kilómetros por una carretera muy virada.

De ruta hacia las ChimaerasEl kamp que hemos localizado está casi al final de la playa y tenemos que atravesar todo el pueblo. Cuando llegamos está ya oscureciendo porque el cielo está muy plomizo. Nos enchufamos y hacemos tarde casera aunque en un momento de tregua me doy una vuelta rápida por los alrededores y el entorno parece muy prometedor. La previsión de tiempo para mañana es mejor y espero que podamos disfrutarlo.

Iker y la amatxo posando a mitad de excursiónAmanece casi despejado y nos organizamos para excursión montañera. Queremos ir a las Chimaeras que son unas surgencias naturales de gas en medio del monte que arden en plan llama eterna desde hace siglos. Le pregunto al chico del Kamp y me indica que sigamos el camino que sale del camping durante un par de kilómetros. Cogemos nuestras mochilas y nos ponemos en marcha.

Area de picnic de las ChimaerasAunque estamos andando un montón de kilómetros por ciudad, hace bastante que no hacemos una verdadera excursión montañera y nos apetece mogollón. Seguimos el camino tal como nos ha indicado el chico y al cabo de un rato encontramos un desvío con un cartelito que nos indica el camino. Es una pista forestal y la seguimos otros diez minutos hasta que llegamos a lo que creemos que son las Chimaeras.

Descansando antes de la "dura subida"

Es como un área de picnic con algunas mesas y un par de hamacas donde nos tumbamos un ratillo a descansar. También hay un pequeño chiringuito con te, bebidas y helados y un pequeño puesto de souvenirs pero resulta que esto es solo el campo base, jeje. Para llegar a las chimaeras hay que seguir otra media horita por el monte por un sendero que sale desde aquí previo pago de 10TL cada adulto.

Unai reponiendo fuerzas a media subidaComo hoy vamos en plan montañero y además hemos descansado un rato en el campo base, nos ponemos en marcha con ganas y menos mal porque enseguida el sendero se empina bastante. ¡Guau, esto es monte de verdad! Como lo echaba de menos. Los pekes responden y en poco menos de media hora, llegamos a las Chimaeras que se desperdigan por un claro de roca en pendiente a continuación de un par de construcciones en ruinas.

Vista de una de las chimaerasCuando llegamos hay un grupo de excursionistas alemanes pero se van enseguida y nos quedamos un rato a solas con el fuego. Es muy curioso ver llamas saliendo de las rocas y me imagino que a la noche será todavía más espectacular. Tenemos que tener cuidado con los pekes y su tendencia natural a jugar con todo y al final nos buscamos un sitio sin fuego para sentarnos un rato a descansar y comer algo sin preocuparnos de quemaduras de 3er grado.

No se nos ha ocurrido pero parece que la gente se sube comida para pasarla por el fuego y comerla calentita o eso imaginamos porque vemos algunos tenedores y palitos cerca de las llamas.

Vuelta hasta la autoca andando por la playaVuelta al campo base con tecito para nosotros, helado para los pekes y un rato de merecido descanso. Las hamacas están ocupadas por los alemanes pero descansamos sentados. Todavía nos queda el camino de vuelta y lo hacemos dirigiéndonos hacia el otro extremo de la playa para hacer la vuelta final volviendo por ella. Llevamos una buena pechada encima pero recorrer la playa al atardecer es una pasada. ¡Precioso!

Playa, hierba, pinos... todo junto en armoniaToda la banda litoral está libre de construcciones y la arena se adentra tierra adentro confundiéndose con la hierba y creando un entorno mágico. Enormes pinos marítimos salpican el paisaje y el conjunto resulta realmente espectacular. Çirali es, sin duda, un sitio muy recomendable para pasar unos días tranquilos.

De camino hacia OlymposA la mañana siguiente amanece también bueno y nos preparamos para otra excursión. Esta vez queremos ir a visitar las ruinas de Olympos que están en el otro extremo de la playa. La recorremos toda hasta el final y vemos que hay unos cuantos restaurantes con algunas mesas en la misma playa y algunas parejas almorzando. El marco es incomparable.

Vista del canal de desague que hay que atravesarPasando la zona de los restaurantes, nos encontramos con una barrera natural que habíamos visto en Google Maps pero que no sabíamos como iba a estar en este momento. Se trata del rio que llega hasta la playa creando un canal de desagüe de unos 10 mts. de ancho. No es demasiado profundo pero en la zona central puede tener 60 u 70 cms. y el agua baja con fuerza. Es impensable que los pekes lo pasen solos y decidimos intentarlo pasándoles nosotros montados a caballito.

Canal atravesado pero con los pantalones empapadosMe quito las zapatillas, me arremango el pantalón lo más arriba que puedo y Unai se monta a caballito. El principal problema es que el fondo es de cantos bastante gordos y como no pises bien, duele de narices, aparte de que la corriente te empuja bastante y caerse con el peke en la espalda puede ser bastante gracioso.

En marcha hacia Olympos siguiendo la playaConsigo llegar al otro lado pero con el pantalón empapado. Elena no se atreve con Iker y tengo que volver a pasar a por él. Total ya de perdidos al rio y el pantalón no se va mojar más de lo que ya está. Consigo pasarle pero acabo con las plantas de los pies bastantes doloridas. ¡En estos momentos es cuando valoro de verdad mis queridas suelas vibram!

Observando a los patos a las puertas de Olympos

Ya estamos los cuatro al otro lado de rio, como dice la canción, y nos ponemos en marcha hacia Olympos. Enseguida nos acostumbramos y desaparece la sensación desagradable de andar con el pantalón mojado. Como hace solecito se va secando bastante rápido.

Cartel informativo a la entrada de las ruinasSeguimos la playa hasta el final y allí hay otro canal de desagüe pero se puede entrar a las ruinas sin tener que cruzarlo. La verdad es que se puede llegar a las ruinas en coche por el otro lado pero hay que dar una vuelta de más de 15 kilómetros y no nos apetecía mover la autoca.

Examinando un sarcofago como profesionalesLas ruinas son geniales. A diferencia de las que hemos visitado hasta ahora, estas están en pleno bosque y a ratos, casi parecen ruinas incas rescatadas de la selva. Las lianas se cruzan continuamente en el camino y un par de riachuelos que se salvan a través de sencillos puentes de madera atraviesan la zona. Hay muchos recovecos que recorrer y pasamos un buen rato con los pekes metiéndonos por todos los lados.

Saliendo del antiguo temploSalimos de la zona de bosque y seguimos el cauce del rio hacia arriba pero ya no encontramos nada interesante y nos volvemos para la playa. No hace mucho calor pero el suficiente para tumbarse un ratillo en la arena a tomar el solete, descansar y picar algo. Los pantalones están ya secos y no nos apetece nada volver a mojarnos. Le comento a Elena que en Google maps se veía un puente un poco más arriba del cauce y que igual podemos intentar encontrarlo.

Volviendo hacia la playa

Nos ponemos en marcha y seguimos el cauce rio arriba. Al principio hay un pequeño sendero pero luego se mete entre la maleza y no está claro que vayamos a tener paso. Le digo a Elena que esperen allí y me adelanto para asegurarme de que tenemos salida antes de meternos en un fregao.

Descansando antes de salir de las ruinasEn pocos minutos me encuentro un paso con una escalera de unos 5 metros para salvar una roca que sobresale junto al rio. La subo con cuidado y cuando ya estoy arriba veo que el resto de la expedición no me ha hecho ni caso y ya están al pie de la escalera esperando para subir.

Jugando un rato mientras los aitas descansanAhora sí que les digo que no suban a lo tonto sin saber si hay salida así que me pego una carrerilla y en unos doscientos metros se ve la salida y el puente así que vuelvo y ayudo a subir al resto. Los pekes no tienen ningún problema y se plantan arriba enseguida y Elena les sigue cerrando el grupo. Enseguida llegamos al puente atravesando un pequeño camping que ahora está medio en obras y lo cruzamos entrando en Çirali sin mojarnos. ¡Prueba superada!

Zampando como dios manda en un restaurante a la entrada de ÇiraliDespués de las aventurillas mañaneras buscamos un sitio para comer porque nos apetece darnos un homenaje y encontramos uno cerca con muy buena pinta. Comemos de primero, segundo y postre como dios manda y nos ponemos las botas. Hasta los pekes que para esto de comer fuera son un poco rarillos comen bastante decente.  Todo delicioso y además económico.

Volvemos tranquilamente paseando por la playa y la verdad es que cuando llegamos a la autoca, estamos fundidos. Es que nos ponemos a andar y no tenemos medida y menos mal que los pekes nos echan la bronca.

Ultima noche en Çirali. Mañana saldremos para AntalyaQue grandes días nos está deparando la costa Lycia. Han sido dos jornadas fantásticas en un paraje magnífico. Çirali merece mucho la pena. Apuntarlo en vuestras agendas viajeras si queréis pasar unos días tranquilos de playa y naturaleza con excursiones y ruinas cerca. ¡Es que lo tiene todo!

Desde aquí saltamos hasta Antalya, una de las grandes ciudades de la costa Lycia y allí nos tocará decidir qué hacemos con nuestra ruta de vuelta hacia Estambul.

posted by Julio

Llegamos a Fethiye y vamos directos al primer parking que tenía registrado en el GPS pero no podemos entrar con la autoca. Damos la vuelta y vamos para nuestra segunda opción que resulta ser un parking al lado del paseo marítimo y muy cerca de la zona comercial. También tenemos enfrente un parque y una enorme plaza de baldosa lisa que sería fantástica para andar en patinete. El año que viene los llevamos.

Aparcados en Fethiye junto a un parquePara cuando estamos aparcados ya es mediodía y Elena se pone con la comida mientras los pekes juegan un rato detrás. Necesitamos hacer colada si o si porque tenemos dos bolsones enormes de ropa esperando y ayer encontré en Internet una lavandería en Fethiye que no está lejos de donde estamos aparcados y me voy dando un paseo a confirmar si todavía existe. Efectivamente la encuentro y está en funcionamiento y abierta así que me vuelvo a la autoca a por la ropa.

Hago el paseo de nuevo con las bolsas pero esta vez los pekes se vienen conmigo y me echan un cable. Nos lavan unos 10 kg. de ropa por 20TL (unos 7€) para última hora de la tarde. ¡Perfecto!

Escultura vegetal en FethiyeA la vuelta hago un pequeño experimento y les reto a los pekes a que me lleven ellos de vuelta a la autoca a ver si han memorizado el camino. Aunque discutiendo entre ellos en algún cruce, consiguen llevarme de vuelta a la autoca ellos solos. ¡Son unas máquinas!

Haciendo el gamberro frente a la camaraLlevo todo el día con la cabeza un poco cargada y después de comer me echo una siestecita porque me hace falta. Cuando me despierto estoy solo en la autoca y me han dejado una nota de que se van al parque y después a merendar a un McDo que hay cerca. Como no los veo en el parque me voy para el McDonalds y allí están comiéndose unos nuggets y unas patatas. ¡No hay forma de que se zampen un Kebab!

Escultura en el paseo maritimoTerminamos la merienda y nos damos una vuelta por el paseo marítimo. Hay cantidad de barcos amarrados con carteles para salir a hacer recorridos por la zona desde pocas horas hasta varios días aunque en estas fechas no se ve ninguno funcionando. Aprovechamos el paseo para pasar por la lavandería y recoger la ropa oliendo rico-rico. Los pekes, además, recuerdan perfectamente el recorrido del mediodía y le hacen una demostración a su madre de que saben volver solos a autoca. ¡Se quedan más anchos que panchos!

Montes nevados al fondo desde FethiyeEl sitio es genial pero el cielo está bastante encapotado y para mañana dan mal tiempo. Con las placas no vamos a poder cargar así que decidimos movernos hacia la zona de Oludeniz donde tenemos un par de campings fichados.

Oludeniz es un pueblo con una de las playas más fotografiadas del mediterráneo porque tiene una especie de lagoon o laguna marina interior muy tranquila con un pequeño canal para la entrada y salida de agua y unas aguas color turquesa increíbles. Llegamos a Oludeniz bajando una pendiente de narices que para volver tendremos que subir en segunda.

Vista del Lagoon de Oludeniz desde el camino de los campingsEn estas fechas parece un pueblo fantasma y todo el mundo está aprovechando para hacer mantenimiento porque se ven un montón de obras por todo el pueblo. Pasamos el pueblo de largo y nos metemos por el camino que lleva a la zona de los campings y el primero de los que teníamos en la lista está cerrado. Nos bajamos a preguntar y sale un chico que nos confirma que no es posible acampar y nos remite a seguir un poco adelante y preguntar en el siguiente.

Aparcados en la puerta del Sun City Beach Club

Seguimos hasta llegar al Sun City Beach Club pero no es un camping sino una especie de club de verano. Tiene pinta de estar cerrado pero como la puerta está entreabierta, entro a preguntar. Encuentro a un chico que está allí trabajando en el mantenimiento y al final acuerdo con él que nos aparcamos fuera pero él nos facilita electricidad y nos deja usar los baños y el agua por 25TL/dia.

Vista de la playa del Sun City Beach ClubEl club tiene columpios, una playa preciosa y unos cuantos pédalos atracados en la orilla. Además está al fondo del Lagoon de Oludeniz en un enclave espectacular rodeado de un bosque bajo que llega hasta el agua. Incluso con un cielo gris como el que tenemos, el sitio llama la atención. El chico de mantenimiento nos cuenta que en un día normal de verano puede haber allí 600 personas. ¡Ufff, demasiado para nosotros!

Pasamos allí dos días enchufados y adelantando tareas caseras porque, aunque no caen grandes chaparrones, llueve cada poco y tampoco hay mucho que hacer por aquí que nos sea ir de excursión y con lluvia es complicado.

Cartel en la entrada a Oludeniz PlayaAl tercer día amanece despejado y la previsión es buena así que cargamos depósitos, pagamos la estancia y nos vamos a visitar la playa de Oludeniz que todavía no la habíamos visto. La entrada a la zona final de la playa está cerrada y cobran por acceder. Son 6TL para los adultos y 3TL para los niños. Creo que es el primer sitio de Turquía donde nos cobran porque entren los pekes pero enseguida veremos que merece la pena.

Vista de la parte exterior de la playa de OludenizLa zona exterior de la playa de Oludeniz tiene un color turquesa tan increíble que cuando lo ven los pekes, nos preguntan si estamos en el caribe. Se quedan flipados, y nosotros también. Lástima que se nota que hemos tenido bastante viento estos últimos días y está muy movida, con muchas olas grandes y no nos podemos acercar mucho a la orilla.

Recorriendo la playa con cielo azul y aguas turquesasLa recorremos hasta el fondo y según te vas acercando al canal final, el mar se va calmando. Al lado del mismo canal que da acceso al lagoon, hay un bar-restaurante y está abierto aunque somos los únicos clientes. Nos tomamos un tecito en la gloria mientras nos dejamos calentar por el solete mañanero y los pekes juegan con las cosas que se han traído en su mochila. ¡Estos ratos no tienen precio y seguro, seguro que alargan la vida, je je!

Encontramos otra autoca aparcada al lado en estas fechas...De vuelta a la autoca nos encontramos con otra autoca aparcada que resulta ser de una parejita de jubilados alemanes. Hablamos un rato con ellos y están haciendo nuestra misma ruta pero al contrario y aparte de los sitios que ya teníamos previsto visitar, nos recomiendan que vayamos a Çirali. Tomamos nota porque estas recomendaciones de otros viajeros suelen ser la mejor guía de viaje.

Mesitas en la playa en Oludeniz. Purito caribe...Dejamos Oludeniz poco antes del mediodía y ponemos rumbo a nuestro próximo destino que es el área arqueológica y playa de Patara. Es una zona con bastantes ruinas pero lo que nos interesa de verdad es visitar la playa, una enorme extensión de arena de varios kilómetros y protegida.

Ayudando a la tortuga a pasar la carretera a nuestra llegada a PataraDesde que entras en el parque hasta que llegar a la playa hay que recorrer varios kilómetros y a mitad de camino nos encontramos otra vez a una tortuga intentando cruzar la carretera. Vamos tranquilitos así que paramos y la cruzamos porque nos parece que si no la van a espachurrar.

Vista de la zona sur de la playa de PataraSeguimos hasta la playa y flipamos cuando llegamos. Una enorme playa de varios kilómetros, toda para nosotros. Es una área protegida por el desove de las tortugas (igual que en Dalyan) y no hay ninguna edificación aparte de un pequeño bar-restaurante construido en madera que ahora aparece cerrado. Aunque hace fresquillo, el día sigue despejado y nos animamos a dar un paseo hasta el fondo de la playa y a subir a la colina que la cierra por el sur.

Acantilados al sur de PataraAl otro lado de esta colina todo son unos acantilados que caen a pico sobre el mar y nos llevamos de allí a los pekes porque son un poco temerarios para esto de las rocas y nos ponemos un poco nerviosos. Bajamos y nos recorremos toda la playa de vuelta hasta el bar y en unas tablas que tiene en el exterior nos sentamos a comer un tentenpie que hemos metido en la mochila. 

Jugando en la arena

Los pekes aprovechan para seguir jugando un rato en la arena y en media horita estamos de vuelta en la autoca y con rumbo a nuestro destino final del dia que es el pueblo costero de Kas.

Toda esa ruta de la costa Licia es preciosa y disfrutamos de cada kilómetro hasta que llegamos a Kas. Poco antes de entrar al pueblo, vemos una especie de restaurante-área recreativa con parking antes de la marina y tomamos nota por si nos hace falta. Seguimos hasta el puerto y no vemos ningún sitio claro para aparcar.

Aparcados en Kas frente al puertoDespués de un ratillo de vueltas acabamos aparcándonos en el mismo puerto frente en la zona de desembarco. Hay una señal de prohibido pero hay coches aparcados y la policía ha pasado y no nos ha dicho nada así que aquí nos quedamos, en pleno centro. Al rato nos damos cuenta de que ha venido otra autoca y se ha aparcado detrás. Mejor, así tenemos vecinos para pasar la noche.

Terminando la cena en un restaurante de KasSalimos a dar una vuelta por el pueblo para buscar algún sitio para cenar y al final nos sentamos en un restaurante que nos da buen rollito y cenamos los cuatro de mantel por 33TL. ¡Ahhh, que gustazo no tener que fregar a la noche!

Aunque llegamos con buen tiempo, a la mañana siguiente amanece nublado. Mientras Elena hace clase con los pekes, me voy a dar una vuelta por Kas a buscar una lavandería que volvemos a tener bolsa.

Vista de Kas llegando por la carreteraLlego a donde debía estar la que he localizado en internet y efectivamente está, pero cerrada. Pregunto en la tienda de al lado y le localizan en seguida. Me dicen que vuelta en 30 minutos y allí estoy yo con mi bolsa de ropa que recojo a la tarde después de regatear un poco el precio que era un poco excesivo. ¡Que eficacia!

Rocas en el litoral de KasCon las tareas ya hechas, aprovecho para recorrer parte del litoral de Kas. Es precioso, con un agua trasparente que a poco que salga el sol, dan ganas de zambullirse. Sigo hasta llegar a un camping que teníamos fichado por si nos hacía falta. No tiene mala pinta pero creo que vamos a poder pasar sin él. Cuando termino el paseo, me meto en un bar cercano a la autoca a escribir un poco y enseguida empieza a llover. Ya no para en todo el día.

Vista de la marina de Kas desde la carretera cuando ya nos vamosDe vuelta a nuestra casita, aprovecho para presentarme a los vecinos de la autoca de al lado que son una parejita de jubilados suizos aunque no hablan mucho inglés y no podemos enrollarnos demasiado. ¡Los jubilados europeos sí que saben vivir!

El día siguiente amanece frio pero soleado y decidimos movernos. Nuestro siguiente destino es Demre, un pueblo costero del que no sabemos nada pero donde se supone que hay un área de autocas en la misma playa. ¡A ver que nos encontramos!

posted by Julio

Después de nuestros estupendos días en Bodrum vamos hacia Marmaris un poco "flojillos". Nuestra idea es quedarnos algunas jornadas en un camping que está a unos 8 kilómetros al norte de Marmaris.

Tortuga en la pista de acceso a Bonçuk KoluEl desvió que nos indica el GPS nos mete por una carretera estrecha que va circulando entre bosques y cultivos y atraviesa un par de pueblitos hasta que la carretera se acaba y el ultimo kilometro antes de llegar al camping hay que hacerlo por una pista de tierra. Yo voy circulando atento a los baches pero Elena que va mirando el paisaje, precioso por cierto, me hace señas de que pare. Tenemos una tortuga justo al lado. Ya nos hemos cruzado con alguna otra pero es la primera vez que podemos parar a fotografiarla.

La cala vista desde la pista de accesoDejamos a la tortuga con su paseo y en pocos minutos llegamos al camping. Hoy, el día está fresco pero despejado y el sitio es increíble. Un camping precioso rodeado de bosque y frutales con la zona de acampada plantada de eucaliptos y palmeras y con una playa de arena y cantos junto al camping. ¡Esto en primavera tiene que ser una pasada!

Aparcados entre las palmerasEnseguida aparece el dueño y nos dice que somos los primeros clientes del 2014 y que tenemos todo el camping para nosotros, que nos instalemos donde queramos. Le tomamos la palabra y nos aparcamos entre las palmeras a medio camino de la playa y los servicios.

Los pekes jugando en la playaEsa tarde después de comer nos vamos a dar un paseo por la playa y al final de la misma encontramos un senderito que sale entre los arbustos con un cartel al comienzo que pone "solo para chicas" en turco e inglés. Evidentemente no podemos resistir la curiosidad y seguimos el sendero que corre paralelo a la costa atravesando la zona de bosque que hay junto al acantilado. Esta marcado cada pocos metros con piedras pintadas con distintos dibujos en blanco sobre fondo azul clarito.

Llegando a la cala escondidaAl cabo de diez minutillos acabamos en una pequeña playa de cantos, escondida entre los acantilados que suponemos que es la playa para que las chicas hagan topless tranquilas en verano porque aquí, en Turquía, no está bien visto.

Pasamos la playa y seguimos la línea de acantilados con los pekes saltando de roca en roca pero enseguida llegamos a un punto peligroso y decidimos darnos la vuelta. Nos quedamos un rato a jugar en la playa y los pekes se dedican a buscar piedras raras de entre todos los cantos que ven en el suelo.

Los pekes saltando por los riscos de los acantiladosVolvemos para la autoca, ya avanzada la tarde, mientras se va levantando viento y el cielo empieza a cubrirse. Esa noche empieza a llover y nos da una buena serenata de viento.

Los dos días siguientes no deja de llover y los dedicamos a adelantar nuestros trabajos de clase, juegos, webs, comidas, etc. Es una pena porque el sitio con buen tiempo es un paraíso pero si se pone a llover no hay nada para hacer. De todas formas nos vienen bien de vez en cuando un par de días caseros y los aprovechamos de todas formas.

Aprovechando el mal tiempo para avanzar con las clasesEl cuarto día llenamos depósitos y, con permiso del dueño, cogemos una enorme bolsa de naranjas directamente de los frutales del camping y nos vamos camino de Marmaris. Bonçuk Kolu es un sitio fantástico para visitar en primavera y nos vamos con pena de no haberlo podido disfrutar con buen tiempo.

Aparcados en Marmaris, al lado de un campo de futbolMarmaris está a pocos kilómetros y llegamos enseguida pero el sitio que teníamos localizado para aparcar está a tope y es inviable quedarse allí. Damos una vuelta por el paseo marítimo y hay sitio pero es una carretera muy transitada. Los coches van a toda pastilla y nos da un poco de yuyu quedarnos ahí. Al final callejeamos un poco entre las calles interiores de la ciudad y encontramos un aparcamiento al lado de un campo de futbol que no está mal para pasar un par de noches.

Atravesando el bazarAunque son ya casi las seis, salimos a dar un paseo por los alrededores. Coincidimos con la salida de un colegio y tienen cortada toda la calle al tráfico. Seguimos más adelante y casi sin querer, acabamos entrando en el bazar cubierto y lo atravesamos hasta salir en el paseo marítimo. ¡Que vuelta más chula! Seguimos el paseo hasta que llegamos a un parque de columpios que tiene al lado un pequeño chiringuito de te y café y allí nos quedamos un rato mientras los pekes juegan en los columpios.

En la crónica de Bodrum, mencionaba que en todos los pueblos suele haber una zona de parques con una especie de bar al lado medio municipal con precios muy populares y este es otra vez el caso. Nos cobran 0,5TL por cada te (unos 17 cent. de €).

Los pekes haciendo el gamba mientras recorremos el paseo maritimo

Hace rato que se ha puesto el sol y ya empieza a hacer bastante frio así que nos volvemos para la autoca pero por el camino, vamos buscando una juguetería que hemos visto al llegar con la autoca. En poco más de un mes, va a ser el cumple de los pekes y como no vemos televisión, no están bombardeados de anuncios y no tienen muy claro que es lo que quieren así que les hemos prometido visitar algunas jugueterías para que lo vayan pensando.

Descansando en un noray del paseo maritimo

La encontramos en un lateral de la gran plaza de la fuente y los pekes se dan un buen hartón de flipar porque tienen bastantes cosas de LEGO. De todas formas lo cierto es que los precios de LEGO en Turquía son bastante caros comparados con lo que podemos conseguir en España.

Fuente iluminada en la plaza central de Marmaris

Lo que quieren para el cumple no lo tienen nada claro pero se encaprichan con el transbordador espacial de lego CITY porque es acerca de lo que están leyendo ahora en un libro que tienen del espacio. Les avisamos que si lo quieren comprar aparte del cumple, lo tienen que comprar con sus ahorros y para evitar lo compren en plan compulsivo, les decimos que no lo vamos a comprar hoy pero que si mañana todavía lo quieren, vendremos y lo compraremos. Y con esa idea nos vamos para la autoca.

Paseo maritimo con la fortaleza al fondoEl día siguiente amanece esplendido y en cuanto acabamos las clases, nos ponemos en marcha para visitar el castillo y la marina. Hay partido de futbol en el campo donde estamos aparcados y tienen montado un follón de gritos y canticos que es para flipar y eso que será regional o algo así.

Salseando con las barcas mientras paseamosSeguimos el mismo camino que ayer y enseguida llegamos al paseo marítimo que esta vez recorremos hacia la izquierda en dirección a la marina. Todo está precioso y tiene más encanto si cabe porque no hay mucha gente. Son algo más de las 12:00 (que es la hora a la que empiezan a comer en Turquía) y salen a invitarnos a sentarnos en casi todos los chiringuitos del paseo. Nosotros no hemos conseguido adaptarnos y seguimos con nuestro horario veraniego comiendo a las dos o a las tres y la verdad es que cuando nos sentamos a comer fuera, no suele haber ya casi nadie en los sitios.

Recorriendo la fortalezaDespués de rodear casi entera la marina, buscamos el paso hasta el castillo entre las callejuelas del interior y después de unas cuantas vueltas lo encontramos. Es una fortaleza-museo pequeña pero muy cuidada y aunque no tiene muchas cosas que visitar, desde los torreones ofrece unas vistas preciosas de toda la zona del paseo y la marina.

Sentada descansando en la fortalezaAl salir los pekes necesitan un rato de juego y encontramos un parque no muy lejos y les dejamos una rato para que desfoguen mientras nosotros descansamos. Y es que con la tontería llevamos una buena kilometrada en el cuerpo. ¡No estaremos haciendo deporte pero en kilómetros paseando llevamos unos cuantos cientos…!

Cuando ya se hartan de jugar, buscamos un chiringuito cercano y nos sentamos a comer algo en plan sencillo (unas Tostu (sandwiches) y algo de Kofte…)

Vista del canal cercano a la plaza central de MarmarisLlevamos unos días un poco preocupados porque mi aita ha tenido un bajón en su estado de salud y en las últimas conexiones con casa le hemos notado bastante pochito. Aunque sé que está bien atendido, no puedo estar allí para ayudarles. Sabíamos que esto podía pasar y que no es momento de volver pero no podemos evitar sentir que nos gustaría poder dividirnos. Durante la comida hablo con mi ama y me dice que le van a ingresar para ponerle en observación y que me irá contando y me quedo un poco más tranquilo pensando que puede ser algo temporal.

Jugando en un parque del paseo maritimoEstando parados no ayudamos en nada, así que seguimos con nuestra vida normal y a la tarde nos vamos a los parques del paseo marítimo y disfrutamos de otro buen rato de solete, tecito y charla mientras vemos a los pekes jugar con unas niñas turcas. Luego vienen a contarnos que no van a jugar más con ellas porque son un poco "mandonas".

Llega el momento de volver a la autoca y decidir si compramos el Transbordador o no. Por supuesto, siguen queriendo comprarlo así que cogen su dinerito y salimos de la tienda con el transbordador, camino de la autoca. La paciencia no es una de sus virtudes (con siete años no se les puede pedir más) y se ponen a montarlo en cuanto llegamos.

Tumbas licias vistas desde el embarcaderoAl día siguiente salimos de Marmaris camino de Dalyan, un sitio que nos había recomendado Berta de Bodrum. Llegamos hacia las 12:00 con buen tiempo aunque la previsión para mañana es de lluvia. De casualidad aparcamos justo al lado del embarcadero de donde salen las barcas que hacen los cruceros por el rio Dalyan. Desde aquí tenemos una vista esplendida de las tumbas licias talladas en las paredes de roca  frente al pueblo. 

Los pekes en la proa observando el paisajePregunto por los precios para hacer un paseo en barco pero en estas fechas no hay casi gente y cobran por barco en vez de precio persona. Nos cobran 130TL (unos 45€) por unas cuatro horas de paseo en barco visitando las tumbas licias, la playa de las tortugas y las ruinas de la ciudad de Kaunos. Mañana no vamos a poder hacerlo por el tiempo, así que no nos lo pensamos mucho y nos cogemos un barco para los cuatro.

Posando donde el rio se une con el marNuestro piloto no habla mucho inglés y no podemos comunicarnos demasiado pero por el contrario el entorno es precioso y el paseo en barco, es super relajante. A los pekes les encanta y se sientan en la proa a ver si ven aparecer algún cocodrilo (eso dicen ellos)

Camino de las ruinas de Kaunos desde el embarcaderoDespués de acercarnos lo más posible a la fachada de piedra de las tumbas licias, nuestra primera parada es la playa de las tortugas que es un enclave protegido donde las tortugas Careta-Careta hacen su puesta de huevos. En esta época no hay tortugas pero el sitio es excepcional y aprovechamos unas mesas que hay preparadas para comer algo de lo que llevamos en las mochilas. La segunda parada es en las ruinas de la ciudad de Kaunos a medio camino entre Dalyan y la playa.

Subido en los restos de una columnaAquí tenemos un pequeño susto. Después de visitar la ciudad, nos ponemos en marcha hacia el embarcadero con los peques jugando detrás cuando al cabo de unos minutos nos damos cuenta de que no nos siguen y volvemos sobre nuestros pasos. En estos sitios no nos preocupamos demasiado porque estamos solos y es imposible perderse pero cuando llegamos donde ellos (solo han pasado 3 ó 4 minutos pero imagino que para ellos ha sido una eternidad), están llorando bastante asustados acompañados por un guarda que estaba por allí y les ha oído.

Los pekes en los restos del teatro antes de irnosVolvemos al barco y, entre el cansancio y el susto, hacemos el viaje de vuelta hasta Dalyan bastante calladitos y cada uno en sus pensamientos. En Dalyan nos cuesta encontrar un sitio para comer porque son más de las cuatro y media pero acabamos encontrando uno casi al final del pueblo y comemos muy a gusto. Después un rato de parque y para la autoca.

A la noche hablo con mi ama y al parecer han encontrado que puede haber algún problema con uno de los medicamentos que estaba tomando mi aita y, aunque hay que esperar unos días para saberlo seguro, creen que simplemente cambiando ese medicamento se puede recuperar bastante bien. De momento, me quedo un poco más tranquilo.

Mañana nos movemos de nuevo a la ciudad de Fethiye y a la playa de Oludeniz, una de las  más fotografiadas del mediterráneo.

 

posted by Julio

Nos vamos de Kapikiri con la sensación de que podríamos estar allí muchos días. ¡Hay tantos sitios a los que nos gustaría volver! Pero el viaje continúa y siempre partimos con la idea de que la siguiente etapa va a ser mejor que la anterior.

Aparcados en Gulluk junto a un parqueAsí llegamos a Gulluk, un pequeño pueblo costero en la mitad del camino hacía Bodrum. La zona de aparcamiento que había buscado en Google Maps, nos da buen rollo y nos quedamos allí. Está al lado del paseo marítimo y además tenemos cerca un pequeño parque de tierra con algunos columpios.

Mas que suficiente para pasar un par de dias tranquilos.

Vista del paseo maritimo

Dedicamos el resto de la tarde a dar clase. Estos días tenemos que aprovechar para darle un arreón al tema de los estudios porque la fecha de entrega de actividades del segundo trimestre se va acercando y cuando lleguemos a Bodrum queremos tener margen para cogernos unos días libres y disfrutar tranquilos de la ciudad y los amigos.

Salimos a pasear despues de las clasesEntre el viaje y las clases los pekes están un poco alterados y en cuanto acabamos las clases, salimos a dar una vuelta para airearnos un poco. El paseo marítimo no es muy grande pero suficiente para dar una vuelta y disfrutar de un atardecer precioso. Llegamos hasta el centro del pueblo y aprovechamos para comprar algunas cosillas que necesitamos. A la vuelta vemos un chiringuito donde preparan bocatas de Kofte por 5TL y Elena y yo nos comemos uno y ya vamos cenados.

Contemplando el atardecer sobre GullukEn un momento del paseo de vuelta vamos nosotros andando adelantados y los pekes vienen detrás jugando a sus cosas cuando de repente unos perros que estaban por allí corren hacia ellos ladrando. Iker se asusta y sale corriendo y los perros le persiguen. Nos damos la vuelta pero antes de llegar a donde está, un señor que estaba cerca, ya los había espantado. ! Se ha llevado un buen susto! Hemos estado con cientos de perros, literalmente, en nuestro periplo por Grecia y Turquía y no hemos tenido ningún problema pero está claro que no te puedes confiar.

El sol se ha puesto ya y nos obsequia con sus colores

Yo creo que simplemente al salir corriendo en vez de quedarse, los perros han ido a por él y si se hubiera quedado no hubiera pasado nada pero vete a saber. Por si acaso tendremos más cuidado en lo sucesivo. Acabamos la tarde tomando un tecito en una cafetería del paseo pasando un ratito a gusto mientras los pekes juegan. En la tele están dando los resultados de la Champion. Es curioso que en casi todos los sitios a los que vamos y nos preguntan de dónde somos, lo primero que te dicen es "Madrid o Barsa?". Lo de "Basque Country" no les suena demasiado. Es un poco triste pero está claro que lo que exportamos sobre todo, es futbol.

Jugando a futbol en el descanso de las clasesPasamos una noche supertranquila en nuestro aparcamiento y al día siguiente me toca a mi clase de mates. Estamos probando a hacer un descansito cada hora de clase como en el cole a ver si así se centran un poco más porque hay días que están muy, muy dispersos. Hoy la clase va muy bien y acabamos con todos los temas que quería ver.

Aprovechamos para ir a hacer la compra y rellenar la despensa antes de Bodrum y a la tarde más clase. Ya veis que algunos de nuestros días también son un poco monótonos.

Racion de Kofte en la cafeteria del paseo en GullukAl igual que ayer, después de las clases hacemos paseito pero esta vez, a la vuelta nos quedamos a cenar unas raciones de kofte en la cafetería de ayer y así no hay que preparar cena ni fregar. ¡Genial para los papis!

Al día siguiente dejamos Gulluk y llegamos a Bodrum a media mañana. Encontramos la casa de Berta y Tufan y enseguida sale Berta a recibirnos.

Camino de Bodrum hay un monton de urbanizacionesNos habían buscado un sitio para aparcarnos con electricidad y cerca del puerto pero la verdad es que antes de que aparezca Berta, hemos visto un choquito muy cerca de su casa y nos hemos aparcado ahí. Por si acaso le preguntamos si hay algún problema y consulta con el portero de las casas de enfrente y no hay problema. ¡Perfecto, aquí nos quedamos! 

Cafecito en la terraza de BertaEsa tarde la pasamos con ellos en su casa. Cafecito y charleta para nosotros y cama elástica en el jardín para los pekes. ¡Que más se puede pedir! 

Mientras saltaban con Bora en la cama elástica, Iker se ha dado un golpe con Unai y se le ha caído la otra pala. Lo tenemos desdentado al pobre. Se acabó comer chuletones por una temporada, je je. ¡Vaya viajes que se está pegando el ratoncito Pérez a nuestra cuenta!

Jugando en un parque mientras esperamos para recoger a AdaDespués acompañamos a Berta a llevar a los pekes a sus rutinas diarias y aprovechamos para jugar un rato en un parque y despues tomamos un tecito en la marina mientras ellos están liados con sus actividades. Después les recogemos y hacemos una cena improvisada en casa de Berta. ¡No hemos hecho nada especial pero lo hemos pasado genial!

Saludando al buzo del instituto de arqueologia submarina de BodrumAl día siguiente vamos a visitar el Instituto de Arqueología Submarina que está justo al lado de donde estamos aparcados. Berta nos hace de guía y resulta excepcional. Nos enseña las instalaciones y nos explica el proceso desde que se encuentra un pecio hundido hasta que sus restos acaban expuestos en el museo.

Con el personal del instituto viendo el proceso de restauracionNos presenta a los técnicos que hacen cada paso del trabajo y ellos nos lo muestran de primera mano. Es un trabajo de muchísima paciencia. ¡Que increíble poder ver todo esto con los pekes!

Terminamos la visita y aprovechamos que Berta nos permite usar su lavadora para hacer un par de coladas y dejarlas tendidas. ¡Otra cosa menos!

En Turgutreis con Bora mirando como pescanA la tarde vamos a visitar  un pueblo cercano llamado Turgutreis y nos quedamos a tomar algo en un bar del pueblo mientras los pekes juegan en un parque cercano. Berta nos cuenta que en casi todos los pueblos suele haber un parque con un bar al lado que es como si fuera municipal y los precios suelen ser muy económicos. Damos fe de ello porque nos tomamos un par de sandwiches, dos rondas de té y tres helados para los peques por 28TL que son unos 9€

Jugando en el parke mientras tomamos un tecitoDe vuelta, recogemos a Ada de su actividad y también una bandeja de Borek de "malas hierbas" (aquí se comen casi todas las hierbas que hay por los jardines y es flipante ver a la gente recogiéndolas para preparar ensaladas o borek) y nos vamos para su casa que hoy ha organizado una cena con un grupo de españoles que viven en Bodrum y que conocemos a través de facebook.

Cena en casa de Berta con Sandra, Miguel y MartaCada uno trae alguna cosa y nosotros contribuimos con unas tortillas de patata receta de Elena que le han salido deliciosas. Lo pasamos de miedo, hablando en castellano y haciendo risas hasta hartarnos mientras los pekes ven una peli. ¡Berta, Sandra, Miguel y Marta… Sois estupendos y no sabéis como se agradece poder pasar un rato como este cuando llevas tantos meses fuera de casa!

Reconstruccion de la zona de trabajo de un pecio realEl viernes nos lo cogemos para nosotros. Berta nos han recomendado visitar la fortaleza museo de Bodrum y nos encanta. Es una enorme fortaleza reconvertida en museo arqueologico en la que han preparado una especie de circuito para visitarlo que lo hace muy ameno, incluso para los pekes. Es posible ver la reconstrucción de un pecio, la recreación del escenario de una excavación submarina y muchas cosas más aparte del encanto de la propia fortaleza.

Restaurante español en BodrumPara comer nos hacemos un McDonalds y después damos paseíto por la parte vieja de Bodrum y sus callejuelas. Nos llevamos la sorpresa de encontramos en uno de los callejones perpendiculares, un restaurante español y bar de tapas. Se llama "La Pasión" y aunque no nos quedamos a comer, tiene muy buena pinta. El cielo se está encapotando y como hemos bajado a pie tenemos que apretar un poco el paso  y conseguimos llegar a la autoca justo antes de que se ponga a llover.

El sábado Berta nos invita a pasar la tarde con ellos y acabamos haciendo una cenita informal a la que también viene Miguel. Otro buen rato entre amigos que ya suena a despedida. Mañana dejaremos Bodrum. Este no ha sido un destino más. Ha sido muy especial y nos han hecho sentir como en casa en medio de nuestro viaje. Un gran abrazo para Berta y Tufan, para Ada y Bora, para Sandra, Miguel y Marta. Ya sabéis donde tenéis unos amigos y espero que el destino o el camino nos vuelvan a juntar en algún momento.

Mañana hacia Marmaris.

posted by Julio

Después de entretenernos con el mercado en Selçuk, salimos un poco más tarde de lo previsto y cuando llegamos al Lago Bafa, Berta y familia ya están allí disfrutando de un entorno idílico como enseguida vamos a comprobar.

Llegando al lago BafaAunque hemos estado chateando anteriormente a través de Facebook, no nos conocíamos personalmente y no puede haber mejor marco para hacer las presentaciones. Berta y Tufan son una pareja Turco-Española que vive en Bodrum desde hace muchos años y tienen dos pekes, Ada y Bora, que están estudiando a través del mismo sistema de educación a distancia  que nosotros (CIDEAD) y así nos hemos conocido.

Aparcados en la pension Zaybek junto al lago BafaEn su día nos hablaron de un lago al norte de Bodrum como uno de sus sitios favoritos para escaparse y aquí estamos. Ellos también han venido con su autocaravana y nos hemos aparcado en los terrenos de la pensión Seybek, en la misma orilla del lago, junto a algunos restos de la antigua muralla que protegía toda esta zona.

Es difícil para mí expresar con palabras lo que se siente en este tipo de sitios pero se nota que son extraordinarios y están cargados de energía. Lo sientes es cuanto llegas y si el tiempo acompaña y la compañía también como en este caso, la experiencia se vuelve mágica y puedes disfrutar de unos días muy especiales.

Los pekes jugando en las rocas a la orilla del lagoLos pekes desaparecen y se van a jugar a las rocas de la orilla. Nosotros sacamos mesas y sillas y montamos el comedor en un pequeño rellano, junto a la autocaravana de Berta y Tufan como si esto fuera primavera porque a mediodia la temperatura es muy agradable. ¡Y eso que estamos a mediados de Febrero!

Vista general del terreno de la pension ZaybekEntre llegar e instalarnos se ha hecho un poco tarde y comemos algo rápido porque queremos ir a hacer una excursión por los alrededores antes de que empiece a entrar el frio y la humedad. El centro del pueblo está a bastante cerca y con Tufan como guía, nos ponemos en marcha hacia allí.

Nos ponemos en marcha para la excursiónEnormes montañas nos rodean formadas por no menos enormes bloques de roca que harían las delicias de cualquier escalador. Para rematar el cuadro, toda la zona está salpicada de restos de muros y torreones de la muralla que en su tiempo protegía toda esta región y que recorre muchos kilómetros alrededor del pueblo adaptándose al relieve y salvando unos desniveles increíbles.

Foto del equipo de futbolAl llegar al pueblo hay unos chavales que están jugando a futbol y echamos un pequeño partidillo con ellos. Conseguimos a duras penas mantener la honrilla pero en cinco minutos más nos hubieran desfondado seguro (por lo menos a mí, je je).

Unai montado en un burro del pueblo mientras Ada lo sujetaSeguimos con la excursión. Se nos unen unas mujeres del pueblo que vienen detrás nuestro con sus hatillos. Nos siguen durante un buen rato y en cuanto tienen ocasión nos plantan delante las mercancías para ver si nos venden algo alegando que nos están haciendo de guías. En este caso Berta y Tufan hablan con ellas en Turco y al final nos dejan tranquilos.

Los pekes jugando entre enormes bloques de roca. El lago al fondoAl parecer, según nos cuenta Berta, hace algunos años, agobiaban tanto a los turistas que empezaron a dejar de venir y el ayuntamiento prohibió perseguir a los turistas y cada familia expone su artesanía en su casa. Por lo visto, ahora vuelven a hacerlo pero más suavecito. 

Preparando las brasas para nuestra parrillada de polloDespués de un recorrido circular superchulo, volvemos a la autoca para preparar la cena. Tufan se ha traído una barbacoa y kilos de muslos y alitas de pollo para asar a la parrilla. En pocos minutos está preparado el fuego y al poco tenemos listas las brasas. Los muslitos van churruscandose y nos ponemos las botas.

Es ya de noche y con algunos focos y frontales preparamos la iluminación para comer fuera aunque nos abrigamos porque se ha levantado un poco de viento y empieza a hacer fresco. Al final hace demasiado frio para quedarse fuera y en cuanto terminamos de cenar, recogemos el chiringuito y cada familia para su autoca. ¡Es que estamos en Febrero. Todo no se puede! 

Amanecer sobre la isla que tenemos enfrenteAl día siguiente amanece otro día esplendido y después de desayunar y de que los pekes jueguen un rato por las rocas, nos vamos de nuevo de excursión. Esta vez cogemos dirección sur y recorremos una zona cercana a la orilla del lago en la que volvemos a encontrar restos de fortificaciones y murallas.

Trepando por los bloques de rocasSe nos pasa el tiempo volando y enseguida estamos de vuelta al camino y a la pensión. Tufan la semana que viene tiene un viaje y muchas cosas que preparar así que ellos, en cuanto llegamos, recogen y vuelven para Bodrum pensando en comer algo por el camino. Nos despedimos de Tufan al que no veremos más en este viaje. Con Berta y los pekes nos volveremos a encontrar en Bodrum dentro de pocos días.

Comiendo a la orilla del lago con un tiempo primaveralComo la previsión de tiempo es muy buena, nosotros decidimos quedarnos un día más y disfrutar de este regalo maravilloso que es el lago Bafa. Esa mediodía comemos fuera frente al lago con una temperatura primaveral. ¡Guau, esto tiene que dar años de vida!

Nosotros subimos y ellas bajanEsa misma tarde después de comer, ya solos, hacemos otra excursión hacia la zona alta del pueblo, acercándonos a las montañas que lo guardan por detrás. Las señoras de ayer hacen una intentona de seguirnos pero les decimos que queremos ir solos y nos dejan tranquilos. La zona es una chulada. No podemos liarnos mucho porque enseguida se hace de noche pero es una zona donde se pueden hacer unos trekkings impresionantes.

Ultima comida familiar a orillas del lago.Al día siguiente por la mañana, hacemos clase y comemos de nuevo a orillas del lago.  Después recogemos, cargamos depósitos y salimos camino de Bodrum. Tenemos previsto hacer una parada previa de un día o dos en un pueblo llamado Gulluk. No sabemos nada de él. A ver que nos encontramos.