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Tenemos unos magníficos amigos allí y hace tiempo que no estábamos todos juntos así que aprovechando la parada obligada por la avería de la autocaravana hemos cogido el coche y nos hemos acercado el fin de semana.

La verdad es que no tengo palabras para describir como nos tratan cada vez que vamos y lo a gusto que nos hacen sentir. Los pocos días que nos podemos permitir pasar juntos, son simplemente fantásticos y los pekes no quieren ni oír hablar de irse. Si fuera por ellos nos quedábamos a vivir allí.

Hemos hecho un mix entre compartir sus rutinas de fin de semana, disfrute casero, y visitas especiales que nos ha dejado muy buen sabor de boca.

Ya sé que suena un poco raro y me explico:

Como la autocaravana está en proceso de reparación y hasta que lleguen todas las piezas y la tengamos lista todavía quedan unos cuantos días (probablemente unos 10 ó 12) vamos aprovechar este periodo para hacer algo de turismo cercano. Y hoy le ha tocado a Bilbao.

Hace unos días nos llamó Roge Blasco de Radio Euskadi para grabar una entrevista para el programa “Levando Anclas” (El mismo programa que tanto me ha inspirado durante los últimos años).

Sentir que se acerca el momento de partir, sentir que tienes todavía muchas cosas por decir, por hacer…..

Sensaciones desordenadas, emociones encontradas, mil dudas existenciales que te llevas en el estómago…..demasiado desorden emocional y mucho por recolocar en tu cabeza…..

Todo esto a una semana de partir, con muchos recuerdos recientes del todavía fresco verano inacabado, risas en la piscina, paisajes en mis retinas y muchos momentos tiernos con gente maravillosa a la que quiero muchísmo.

Empezando a recolocar cosas en nuestra futura “casita con ruedas”, todo va encontrando su sitio, poco a poco, pasito a pasito vamos restando días para comenzar nuestro viaje….nuestro proyecto….¡¡nuestro sueño!!....

Aunque ya había leído esto de la prueba final en varias de las historias de viajeros que están preparando la partida, siempre piensas que a ti no te va a pasar pero parece que el destino se ha querido asegurar de que tenemos claro lo que hacemos y a seis días de la partida, nos ha enviado una prueba final en forma de conductor borracho empotrándose contra la trasera de la autocaravana en la que tenemos que pasar los siguientes 3 años.

Al parecer ocurrió el domingo al mediodía pero como estábamos de comida con la familia no vimos la llamada y nos hemos enterado hoy a la mañana cuando Elena ha ido a cargar unas cosillas y se ha encontrado lo que veis en las fotos.

Llevaba ya varios días con un nudo en el pecho. Realmente el día iba a llegar. Un día mil veces imaginado en las fantasías que nos hemos permitido desde que decidimos partir.

No se cómo se imaginará cada uno su ultimo día de trabajo (durante tres años al menos) pero yo me lo imaginaba como un día tranquilo, con todos los temas ya cerrados. Un día en el que poder recoger tranquilamente la mesa y poder compartir un rato con los compañeros despidiéndonos como la ocasión se merece.

Pero esto es informática. Aquí no hay tregua y un proyecto de última hora que realmente puede ser muy importante para mi empresa me ocupó toda la última semana y parte de la anterior así que ni recoger tranquilamente la mesa, ni rato tranquilo con los compañeros ni nada que se le parezca.

El viernes pasado celebramos en la ikastola de los pekes, la fiesta de fin de curso. Bailes, nervios, merienda, corrillos de padres y madres y las primeras despedidas de verdad.

Aunque todavía quedan dos meses para partir, a muchos de los compañeros de los pekes ya no van a verles hasta por lo menos dentro de un año, al menos en persona y eso empieza a asustar un poco. Es la parte triste, el reverso de cualquier proyecto de viaje largo que nos gustaría poder evitar pero no es posible. No se puede estar en misa y repicando.

Llegarán los días de atardeceres al borde del mar en una hermosa cala y llegarán también las noches estrelladas compartiendo cena e historias con vecinos venidos de quien sabe dónde...

Pero de momento todo eso está solo en nuestra imaginación y lo que nos toca durante estos meses es un trabajo de trastienda bastante menos bucólico y más terrestre. En concreto, este fin de semana tocaba ir vaciando la casa.

Todo llega. Aunque era difícil de creer cuando hace casi un año empezamos a trabajar esbozando las líneas maestras del proyecto y con poco más que un montón de dudas en la cabeza y mucha ilusión.

Pero el momento se acerca inexorable. La cuenta atrás ha empezado y ya quedan pocos meses para que partamos a la mayor aventura de nuestra vida que nos va a llevar a recorrer 40 países a lo largo de 3 años en nuestra autocaravana con nuestros hijos.

La mayoría de los temas están casi cerrados, lo cual es igual que decir que nada está cerrado del todo y eso a pesar de llevar trabajando desde Octubre del año pasado. Y esto agobia bastante aunque sepamos que todavía queda tiempo.