Tenemos unos magníficos amigos allí y hace tiempo que no estábamos todos juntos así que aprovechando la parada obligada por la avería de la autocaravana hemos cogido el coche y nos hemos acercado el fin de semana.
La verdad es que no tengo palabras para describir como nos tratan cada vez que vamos y lo a gusto que nos hacen sentir. Los pocos días que nos podemos permitir pasar juntos, son simplemente fantásticos y los pekes no quieren ni oír hablar de irse. Si fuera por ellos nos quedábamos a vivir allí.
Hemos hecho un mix entre compartir sus rutinas de fin de semana, disfrute casero, y visitas especiales que nos ha dejado muy buen sabor de boca.
El viernes a la tarde, llegada, abrazos y sentada tranquila en el jardín disfrutando de la compañía y de la tarde tan genial que quedó. Los pekes jugando y haciendo intentonas de darse un baño en la piscina pese a nuestra negativa porque ya era un poco tarde y el sol no tenía chicha. Al final se metieron, por supuesto, y salieron pelaos de frio pero felices.
El sábado a la mañana les acompañamos a ver jugar a sus pekes que tenían sendos partidos, cada uno en un extremo de Zaragoza. Al final como Iker y Unai se aburrían, salimos a conocer los alrededores del campo de futbol del casetas y descubrimos un parque super divertido en el que estuvimos un buen rato jugando.
A la tarde Toño tiene que llevar a Pablo a otro partido porque tenía torneo y el resto nos quedamos haciendo tarde casera porque los pekes se niegan en redondo a salir y prefieren quedarse jugando y bañándose. Nosotros charleta tranquila sentados en el jardín mientras arreglamos el mundo con una cervecita en la mano. ¡Que más se puede pedir!
El domingo viene con planes más cañeros y nos vamos al centro de ocio del parque comercial Puerto Venecia y, junto con los dos hijos de unos amigos de Toño y Paula, los pekes se meten entre pecho y espalda unas cuantas horas de escalada, tirolinas, parque de cuerdas y bolas flotantes.
El recorrido por el parque de cuerdas es espectacular y es lo que más les gusta a Iker y a Unai. Lo recorren completo con la ayuda de Pablo que les echa una mano con el gancho de asegurar porque al tener la altura justa para entrar, a veces les costaba un poco engancharse.
Después pasan a la zona de escalada donde también se lo pasan fenomenal. En esta zona de escalada los pequeños van con un sistema de aseguramiento automático con la supervisión de un monitor pero los dos mayores van a escalar a la zona libre donde tenemos que asegurarles nosotros y en la parte alta de una de las vías que intentan, Toñete se pega un buen susto al caerse casi al llegar arriba y volar unos cuantos metros mientras le estoy asegurando. Al final después de recuperarse un poco, intenta de nuevo la vía y la consigue.
Al salir del centro de escalada, vemos que al lado de donde estamos se está celebrando un torneo de surf en una ola artificial (Flow rider) que tienen montada en el parque de ocio. Nos quedamos un rato a verlo y la verdad es que dan ganas de probarlo aunque las castañas que se meten son de aupa. Unai dice que quiere probar pero hoy no se puede porque está el torneo. Igual en otra ocasión…
Al final, ya después de comer, vemos unas bolas hinchables en el minilago que hay en el centro del parque y los pekes se animan a probarlas. Parece complicado ponerse de pie pero al final lo consiguen a ratos y se hacen unas carreritas dentro de la bola.
Vamos, que un día disfrutón de verdad con la única pena de que toca volver a casa con el consiguiente disgusto de los pekes que no entienden eso de que hay que irse y se quedarían en casa de Toño y Paula unos días más sin ningún problema. Elena y yo también, pero mañana es lunes y cada uno tiene que volver a sus cosas incluyendo nosotros que tenemos que seguir preparando el viaje.
Gracias por este fin de semana tan estupendo!!!
A ver si la semana que viene podemos partir.