Aunque escri...
Brasov-Sighisoara - Por los Cárpatos
El día de mi cumpleaños, salimos de Bucarest con un ventarrón impresionante que nos dura casi todo el trayecto hasta Brasov. Solo durante los últimos kilómetros, el viento nos da un poco de tregua pero la carretera es de montaña y no me permite relajarme así que llego bastante cansado.
Damos un par de vueltas por la ciudad pero no encontramos ningún sitio para aparcarnos en la calle así que al final no nos queda más remedio que meternos en un parking bastante céntrico por 3Lei/hora (0,75€/hora). Está casi completo pero el chico del parking nos busca una plaza grande al fondo, haciendo esquina, donde estaremos muy tranquilo para pasar la noche.
Usando Facebook, en Brasov hemos contactado con Javi, un chico catalán que tiene un bar cerca de donde estamos aparcados pero cuando le llamamos para quedar ya va a cerrar el bar y convenimos en dejarlo para mañana y pasarnos a desayunar.
La tarde está ya avanzada pero nos da tiempo a dar una vueltilla por el pueblo porque estamos muy cerca del centro. Brasov está bastante alto y hace un frio que pela así que nos abrigamos bien y nos ponemos en marcha. En un par horas, hemos pasado de tener 10 grados de mínima en Bucarest a tener 10 de máxima en Brasov y con un viento que corta la cara.
Recorremos la plaza central y las calles adyacentes y vemos el exterior de la iglesia negra pero enseguida acabamos en una cafetería porque el tiempo está realmente desagradable y nos estamos quedando tiesos. El cielo está cerrado, cerrado y no conseguimos ni ver las enormes letras con el nombre de Brasov en la colina sobre la ciudad al estilo Hollywood.
A la mañana siguiente, nos pasamos por el bar de Javi. El bar se llama Barcelona-Gaudi y está en la calle Prundului 17 por si alguien se quiere pasar. Javi no está esta mañana pero si está su mujer (Claudia Eva) y su compañero Sergio.
Nos tratan de lujo y nos preparan unos bocatas de Bacon con huevos fritos que están de muerte. Sergio se queda un buen rato con nosotros y nos cuenta cosas muy interesantes de cómo funciona Rumania y lo que supone montar un negocio en este país.
Nos cuenta que la clase media prácticamente no existe y que están los que tienen mucho dinero y el resto. El sueldo de un administrativo con idiomas puede ser de unos 200-300€ al mes y aunque el coste de la vida también es más bajo, no lo es tanto como los sueldos y la situación es complicada. Mientras estamos hablando con Sergio, llama Javi por teléfono para disculparse por no poder estar con nosotros aunque ya le dejamos muy claro que nos están tratando fenomenal y que no hay nada que disculpar.
Después de un rato de charla agradable, nos terminamos los bocatas y el cafecito y nos preparamos para irnos aunque todavía nos queda una última sorpresa: ¡Claudia Eva nos ha preparado una tortilla de patatas para llevar! Ella es Rumana y Javi le ha enseñado a hacerla. No llega al nivel de las de mi suegra pero le ha quedado muy muy digna y nos soluciona la comida de hoy. ¡Que más se puede pedir!
Nos despedimos de Sergio y de Claudia Eva y volvemos al parking para coger la autoca y ponernos camino de Sighisoara, una pequeña ciudad rumana en la región de Transilvania, en medio de los Cárpatos. Sighisoara es la ciudad natal de Vlad Tepes, el héroe rumano que inspiró a Bram Stoker para crear el personaje del conde Drácula.
Llegamos al parking que teníamos localizado en google maps y hay sitio de sobra porque es domingo por la tarde. Además, aunque el parking es de pago entre semana, el domingo no se paga así que nos quedamos allí a pasar la noche y mañana por la mañana pagaremos para quedarnos hasta el mediodía 5lei/dia, 1.5€)
Nos preparamos y salimos a conocer la ciudad. Andando desde nuestro parking, enseguida encontramos unas escaleras que suben zigzagueando hasta que aparecemos en una plaza, en lo alto de la colina que domina el resto de la ciudad.
Aquí mismo está la torre del reloj que es lo más conocido de Sighisoara. Llegamos justo-justo antes de que cierren y subimos a verla porque es el punto más alto desde el que se puede divisar la ciudad.
En la barandilla de madera de la terraza, hay indicadas las direcciones y distancias a varias capitales europeas. Estamos a 2360 Kmts. en línea recta de Madrid. Tampoco es para tanto, jeje.
Dentro de la torre hay un pequeño museo y en una de las salas hay algunos maletines de material quirúrgico y odontológico antiguo. Bufff! Da mucha grima pensar que usaban eso hace no tantos años. Sobre todo con las herramientas odontológicas.
Bajamos y seguimos con la visita. Un poco más adelante de la torre del reloj, está la casa natal de Vlad Tepes convertida en restaurante con su correspondiente plaquita en la pared. La verdad es que no nos llama demasiado la atención, y seguimos adelante hasta encontrar las escaleras porticadas que dan acceso a la catedral evangélica.
Subimos y nos damos una vuelta por los alrededores de la catedral y entramos a conocer el cementerio que está al lado porque hemos leído que es interesante.
Todos los nombres de las lapidas nos suenan a nombres y apellidos alemanes y efectivamente es así porque después nos enteramos de que Sighisoara ha tenido una importante población de sajones de Transilvania, una etnia de origen alemán asentada en Rumania desde hace siglos.
Volvemos a la autoca y terminamos nuestro día en Sighisoara leyendo un rato mientras los pekes juegan atrás. Al día siguiente, Elena aprovecha la mañana para hacer clase mientras yo escribo un rato en una cafetería y después de comer salimos tranquilos hacia Sibiu.
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