Aunque escri...
Kapikiri-Lago Bafa - Finde en buena compañia
Después de entretenernos con el mercado en Selçuk, salimos un poco más tarde de lo previsto y cuando llegamos al Lago Bafa, Berta y familia ya están allí disfrutando de un entorno idílico como enseguida vamos a comprobar.
Aunque hemos estado chateando anteriormente a través de Facebook, no nos conocíamos personalmente y no puede haber mejor marco para hacer las presentaciones. Berta y Tufan son una pareja Turco-Española que vive en Bodrum desde hace muchos años y tienen dos pekes, Ada y Bora, que están estudiando a través del mismo sistema de educación a distancia que nosotros (CIDEAD) y así nos hemos conocido.
En su día nos hablaron de un lago al norte de Bodrum como uno de sus sitios favoritos para escaparse y aquí estamos. Ellos también han venido con su autocaravana y nos hemos aparcado en los terrenos de la pensión Seybek, en la misma orilla del lago, junto a algunos restos de la antigua muralla que protegía toda esta zona.
Es difícil para mí expresar con palabras lo que se siente en este tipo de sitios pero se nota que son extraordinarios y están cargados de energía. Lo sientes es cuanto llegas y si el tiempo acompaña y la compañía también como en este caso, la experiencia se vuelve mágica y puedes disfrutar de unos días muy especiales.
Los pekes desaparecen y se van a jugar a las rocas de la orilla. Nosotros sacamos mesas y sillas y montamos el comedor en un pequeño rellano, junto a la autocaravana de Berta y Tufan como si esto fuera primavera porque a mediodia la temperatura es muy agradable. ¡Y eso que estamos a mediados de Febrero!
Entre llegar e instalarnos se ha hecho un poco tarde y comemos algo rápido porque queremos ir a hacer una excursión por los alrededores antes de que empiece a entrar el frio y la humedad. El centro del pueblo está a bastante cerca y con Tufan como guía, nos ponemos en marcha hacia allí.
Enormes montañas nos rodean formadas por no menos enormes bloques de roca que harían las delicias de cualquier escalador. Para rematar el cuadro, toda la zona está salpicada de restos de muros y torreones de la muralla que en su tiempo protegía toda esta región y que recorre muchos kilómetros alrededor del pueblo adaptándose al relieve y salvando unos desniveles increíbles.
Al llegar al pueblo hay unos chavales que están jugando a futbol y echamos un pequeño partidillo con ellos. Conseguimos a duras penas mantener la honrilla pero en cinco minutos más nos hubieran desfondado seguro (por lo menos a mí, je je).
Seguimos con la excursión. Se nos unen unas mujeres del pueblo que vienen detrás nuestro con sus hatillos. Nos siguen durante un buen rato y en cuanto tienen ocasión nos plantan delante las mercancías para ver si nos venden algo alegando que nos están haciendo de guías. En este caso Berta y Tufan hablan con ellas en Turco y al final nos dejan tranquilos.
Al parecer, según nos cuenta Berta, hace algunos años, agobiaban tanto a los turistas que empezaron a dejar de venir y el ayuntamiento prohibió perseguir a los turistas y cada familia expone su artesanía en su casa. Por lo visto, ahora vuelven a hacerlo pero más suavecito.
Después de un recorrido circular superchulo, volvemos a la autoca para preparar la cena. Tufan se ha traído una barbacoa y kilos de muslos y alitas de pollo para asar a la parrilla. En pocos minutos está preparado el fuego y al poco tenemos listas las brasas. Los muslitos van churruscandose y nos ponemos las botas.
Es ya de noche y con algunos focos y frontales preparamos la iluminación para comer fuera aunque nos abrigamos porque se ha levantado un poco de viento y empieza a hacer fresco. Al final hace demasiado frio para quedarse fuera y en cuanto terminamos de cenar, recogemos el chiringuito y cada familia para su autoca. ¡Es que estamos en Febrero. Todo no se puede!
Al día siguiente amanece otro día esplendido y después de desayunar y de que los pekes jueguen un rato por las rocas, nos vamos de nuevo de excursión. Esta vez cogemos dirección sur y recorremos una zona cercana a la orilla del lago en la que volvemos a encontrar restos de fortificaciones y murallas.
Se nos pasa el tiempo volando y enseguida estamos de vuelta al camino y a la pensión. Tufan la semana que viene tiene un viaje y muchas cosas que preparar así que ellos, en cuanto llegamos, recogen y vuelven para Bodrum pensando en comer algo por el camino. Nos despedimos de Tufan al que no veremos más en este viaje. Con Berta y los pekes nos volveremos a encontrar en Bodrum dentro de pocos días.
Como la previsión de tiempo es muy buena, nosotros decidimos quedarnos un día más y disfrutar de este regalo maravilloso que es el lago Bafa. Esa mediodía comemos fuera frente al lago con una temperatura primaveral. ¡Guau, esto tiene que dar años de vida!
Esa misma tarde después de comer, ya solos, hacemos otra excursión hacia la zona alta del pueblo, acercándonos a las montañas que lo guardan por detrás. Las señoras de ayer hacen una intentona de seguirnos pero les decimos que queremos ir solos y nos dejan tranquilos. La zona es una chulada. No podemos liarnos mucho porque enseguida se hace de noche pero es una zona donde se pueden hacer unos trekkings impresionantes.
Al día siguiente por la mañana, hacemos clase y comemos de nuevo a orillas del lago. Después recogemos, cargamos depósitos y salimos camino de Bodrum. Tenemos previsto hacer una parada previa de un día o dos en un pueblo llamado Gulluk. No sabemos nada de él. A ver que nos encontramos.
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